Decolonialidad y comunidades posibles

138 quienes no hubo ningún descubrimiento de América. Lo que descubrieron los locales no fue América, ya la conocían, siglos que ya vivían aquí, sino que descubrieron a los españoles y portugueses y la tragedia que llegó con ellos. El mismo concepto, el acto de descubrir, explorar y avanzar sobre otros territorios, forma parte de la narrativa moderna europea de conquistar el mundo para hacer de él un espacio a su imagen. Hay aquí una realidad construida a partir de una acción de civilización del mundo, bajo los intereses específicos de Europa, pero no en base a los intereses de otras partes del mundo. Estamos así en la era de la posmodernidad y del socioconstrucionismo. Es una nueva era que define la verdad como relativa, en el sentido que la realidad es construida socialmente, es decir, depende de la orientación que le da una comunidad determinada de personas. Las verdades están sujetas a una corriente de pensamiento de una comunidad o de un sector de la sociedad. Hay varias realidades, desde el punto de vista de distintas comunidades o desde una misma comunidad desde diferentes momentos de su historia. Ejemplos en este sentido son los conceptos de familia, juventud, mujer, homosexualidad, enfermedad mental, pobreza, propiedad, de lo público, ciudadano, etc. todos ellos son realidades construidas en un momento determinado del tiempo en función de los intereses de una sociedad o de una comunidad. El caso de la homosexualidad, por ejemplo, es un tipo de relación que ha existido de tiempos inmemoriales, no obstante, en el siglo XIX, se la “descubre” y se define por primera vez como algo repudiable porque no respeta el orden establecido centrado en la familia, hombre- mujer y, rápidamente, es clasificada como una enfermedad, una patología. Se conformó entonces una nueva realidad. Hoy, luego de enormes sacrificios y esfuerzos del movimiento gay, la homosexualidad es más aceptada, y es conceptualizada como parte de una nueva forma para entender la sexualidad. Este nuevo paradigma impacta, en un cuestionamiento a la familia y a los roles de género, la relación hombre-mujer, para trasladarse a establecer que dichos roles son una construcción social. Esto último es una cuestión medular en la sociedad actual, que redefine no sólo los roles sino la construcción de las identidades y su asociación a los cuerpos. Una mujer es una construcción que puede instalarse en un cuerpo masculino y viceversa. Hay un cambio de paradigma, un cambio de la realidad, que ya no es la misma de antes, hay nuevas verdades y hay verdades que caducaron.

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