Decolonialidad y comunidades posibles
134 En ese momento, es donde se hace claro que, en los países de América Latina, existían dos grandes sectores: aquellos que tenían el poder, como los terratenientes, la oligarquía, más tarde la derecha liberal y, por otro lado, los sectores desposeídos, marginados, en definitiva, el pueblo, población sin duda mayoritaria, pero sin acceso a las decisiones. En esta situación, el poder debía informar a esta población marginal sobre las determinaciones de las sociedades en construcción, en desarrollo y así justificar, argumentar por qué el proceso debía encaminarse en tal o cual dirección. El argumento fue nuevamente la ciencia, en el sentido de que el camino escogido era la única verdad posible. Es decir, el único diseño de una estructura societal era la planteada por el poder, pues estaba respaldada por la verdad que entregaba la ciencia. Estamos en presencia de propósitos ocultos, que satisfacen intereses particulares de la clase social en el poder y que, para justificar su accionar e imponerse, utilice finalmente no verdades. Para resumir esta parte, vale señalar, que el camino recorrido por la ciencia y la elaboración de la verdad, no corresponde a un trabajo con la verdad, sino al desarrollo de intereses particulares, que lleva consigo la manipulación de la información, la tergiversación, la distorsión, el enmascaramiento de objetivos ocultos y clandestinos. Lo que nos permitiría decir que, en todas esas instancias, pese a que se ha argumentado en base a la verdad, esto no ha sido así, sino que se ha basado en la no verdad. A continuación, algunos ejemplos de esas no verdades que se hacen pasar por realidades efectivas. Alrededor de 1900 en Chile y Argentina, Menéndez, Sara Braun y familia, y otros latifundistas, crearon la Sociedad Explotadora de la Patagonia, radicada en Punta Arenas, cuyo objetivo comercial era obtener lana de ovejas para exportar a Inglaterra. En general, una empresa emprendedora que fue justificada como una contribución al crecimiento del país, aporte a la consolidación de las naciones chilena y argentina, un avance significativo hacia el progreso. No obstante, esta sociedad ganó enormes fortunas, pero a costa de ocultar información, como la apropiación ilícita de tierras, exterminio de la población de indígenas Selk’nam, alianzas fraudulentas con el Estado y con la congregación de los religiosos Salesianos. De acuerdo con Alonso (2019), cabe preguntarse ¿cómo este despliegue de poder y de ruina, no se denunció a tiempo, no se detuvo, no se generaron las acusaciones judiciales correspondientes, no accionó el Estado en tanto representante nacional en poner freno a esta situación? Nada de eso, un mundo de mentiras, de negocios sucios, una realidad plena de no verdades, que hoy 100 años después, recién se vienen a conocer. Entonces, cabe preguntarse nuevamente, ¿sobre qué bases se
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