Decolonialidad y comunidades posibles

128 la base de las comunicaciones, imágenes, interpretaciones, comentarios presentes en la TV y especialmente en las redes sociales. El vocablo fue elegido como la “palabra del año” por el diccionario Oxford en 2016, y el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) define posverdad como “la distorsión deliberada de una realidad que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales” (RAE, 2023). Llama la atención la gestión que se hace del fenómeno de la posverdad. De alguna forma esta produce un impacto en la vida cotidiana y se ha hecho necesario no explicarla demasiado, sino más bien justificarla como si fuese algo relativamente normal en nuestras sociedades, a lo más como un mero exabrupto. Y dado que las mentiras vienen principalmente de áreas de la derecha política, pareciera que la justificación cumple una función de evitar el enlodamiento que eso significa y alivianar la situación de este conglomerado señalando que eso es propio de los tiempos, no hay nada nuevo y solamente corresponde a variaciones de la vida social. No obstante, como ya señalamos, el tema de la posverdad, en un análisis más serio al respecto, es un síntoma de un cambio profundo en nuestras sociedades, que muestra hoy con más claridad la presencia de mudanza de época y, principalmente, de paradigma, en relación a cómo la sociedad humana se relaciona con el mundo. Este tema surge principalmente en Inglaterra en el 2016, a propósito del Brexit, encabezado por Boris Johnson, elegido primer ministro. Ese país desarrolló una discusión de un par años, al menos, en el espíritu de separarse de la Unión Europea. Fundamentalmente por argumentos de orden económico, pero también por apreciaciones contrarias a las políticas de la Unión Europea, que mantenían propuestas a favor del bienestar de la población en general, particularmente en apoyo a la más desposeída, la más precaria, como las históricas comunidades migrantes provenientes de diferentes partes del mundo hacia Europa. En contra también del ingreso de países con dificultades económicas, como el caso de Grecia o de Turquía, que de alguna forma exige a las arcas de la Unión Europea préstamos financieros de gran envergadura, generando mellas al equilibrio y al balance económico interno del continente. Con todo ello, se puede observar en la Unión Europea un espíritu positivo, comprensivo de la realidad social presente en otras partes de la región, en el sentido de entender que ciertos conflictos en el norte de África, en el medio oriente y eventualmente en América Latina, dejan a poblaciones locales en condiciones de riesgo humanitario, para la cual se requiere subsidiar directamente o indirectamente en términos de una

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