Decolonialidad y comunidades posibles
120 culturales, de la tradición viviente de las culturas Diferentes” (Dussel, 2007a, p. 209). Es decir, procura un pluriverso o una “cultura policéntrica mundial” (Dussel, 2007b, p. 533) posible desde la afirmación de la Alteridad, “donde se haga presente la pluralidad de una humanidad dialogante” y “el desarrollo de sus potencialidades alterativas” (Dussel 2007c, p.18). Sin duda, la transmodernidad representa “¡El retorno a la conciencia de las grandes mayorías de la humanidad de su inconsciente histórico excluido!” (Dussel, 2001, p. 407). El resurgimiento de las culturas y pueblos excluidos por la modernidad y la posmodernidad es inevitable; no se puede ignorar su creatividad. Estas culturas, sin pretender imponer una universalidad reduccionista y exclusivista, buscan construir un mundo más diverso y humano, libre, decolonial y transmoderno. 6. Sexto estadio. La consolidación del proyecto mundial de liberación Desde su origen la transmodernidad se concibe, básicamente, a modo de un proyecto futuro, un meta- relato mundial de liberación o un pluriverso planetario realizable. Lo “trans”, que antes señaló el afuera, ahora revela lo posterior a la modernidad, lo que está después de ésta, su superación. En estas primeras configuraciones de la categoría, se define a la transmodernidad como un rescate y afirmación, o subsunción, del “concepto emancipador racional de la modernidad” (Dussel, 1992, p. 178); una supresión de l capitalismo y la consecuente construcción de una “civilización ecológica, de democracia popular y de justicia económica” (p. 147); un “proyecto de racionalidad ampliada, donde la razón del Otro tiene lugar” ( p . 167). En síntesis, “un proyecto mundial de liberación político, económico, ecológico, erótico, pedagógico , religioso, etcétera” (p. 178) en el que se haga posible la “co - realización de solidaridad analéctica” (p. 177). Esta primera aproximación conceptual es complementada en Dussel (1993a), en el que la categoría transmodernidad hace referencia a un proyecto futuro de liberación “de la gran mayoría de la humanidad actual”, que no puede entenderse como anti, pre o postmod erno (p. 27). También, en Dussel (1993b) se observa que, desde una postura inminente y evidentemente marxista, presenta la transmodernidad como “la superación de la modernidad” y el capitalismo (p. 301). Todo esto se integra en Dussel (1998b), quien define la transmodernidad a modo de una “mundialidad nueva, como realización plena de la humanidad futura, donde todas las culturas puedan afirmar su alteridad” (p. 135); al tiempo que se vislumbran los actores o agentes de dicho proyecto; a saber, el Otro, los continentes subdesarrollados, la mujer oprimida, la tierra sobreexplotada, etc.
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