Decolonialidad y comunidades posibles
119 Dussel (2007a) percibe la transmodernidad como un inicio emergente o “proceso auroral”, más allá de la Modernidad, como un nuevo amanecer que trasciende los límites de la cultura dominante. Surge desde lo no existente en la cultura hegemónica, desde el vacío de laModernidad, comenzando más allá de los confines de su ser. Este fenómeno se origina en la exterioridad del Otro, de una cultura que nunca ha sido occidental (p. 211). En un texto anterior, el autor (Dussel, 2001) había precisado que la transmodern idad era “polifacética, híbrida, pos -colonial, pluralista, tolerante, democrática (pero más allá de la democracia y el Estado liberal) con espléndidas tradiciones milenarias, respetuosa de la Exterioridad y afirmativa de Identidades heterogéneas” (p.407). La transmodernidad radicaliza la noción de exterioridad o marginalidad relativa y desde ahí muestra la capacidad de aquellos espacios, no europeos (o norteamericanos), ajenos o no sometidos totalmente por la razón moderna occidental. Esos territorios otros, testimonian la presencia de culturas anteriores y contemporáneas a la modernidad; comunidades desplegadas de formas adyacentes a la cultura hegemónica y con un amplio potencial de humanidad para generar y desarrollar proyectos diferentes y contarios al capitalismo; pueblos sobradamente creativos para garantizar la permanencia de la vida en el planeta. Esto, dado que las habituales prácticas en muchas de esas culturas tienden a evitar la explotación excesiva de sus recursos. Esto les permite, enmuchos cas os, mantener una relación verdaderamente “ecológica” y sostenible entre los seres humanaos y los otros seres (vivos o inertes) de la naturaleza. No sólo eso, en aquellas civilizaciones, ajenas al individualismo y el solipsismo modernos, se establecen relaciones interpersonales y comunitarias solidarias y “nosótricas”. Reconocer, hacer visible y reivindicar la existencia de otras formas de pensar y vivir (la exterioridad alterativa) encubiertas o ignoradas en y por la modernidad, admite concebir la transmodernidad a modo de un movimiento que supera los sentimientos de inferioridad, valorando y celebrando las ideas y prácticas propias. En otras palabras, la transmodernidad reverencia y destaca (críticamente) las formas de pensar y actuar de lo comunitario y popular. Se basa en la realidad concreta y se nutre de las experiencias de diversos pueblos alrededor del mundo, como los árabes, chinos, bantúes, latinoamericanos, europeos, entre otros. Reiterando lo dicho, en palabras de Dussel (2003), la transmodernidad “es el tiempo del cultivo acelerado y creador del desarrollo de la propia tradición cultural […]. Se trata de una estrategia de crecimiento y creatividad de una renovada cultura no sólo descolonizada sino novedosa” (p. 24). Es una progresión vital en tanto “intento de partir del núcleo generador de nuevos desarrollos
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