Patología de hombro
Universidad de Chile Departamento de Ortopedia y Traumatología 61 e. Etapa V: artrosis glenohumeral, con cambios degenerativos en la cabeza humeral que se extienden a la glena. Resonancia Magnética Si bien la radiografía es suficiente para definir el diagnóstico de la NAV de la cabeza humeral en etapas avanzadas, en estadios precoces carece de precisión diagnóstica. En este contexto, la resonancia magnética es la herramienta más específica y sensible para detectar cambios iniciales. El “ángulo necrótico” corresponde a la medida del tamaño de la lesión en la RM y ofrece una predicción de la progresión de la enfermedad, siendo mayor mientras mayor sea el ángulo descrito. Este ángulo se obtiene utilizando el centro de la cabeza humeral como “0”, y los dos puntos límite de la lesión necrótica en la superficie articular como “A” y “B”. La suma de la medición de estos ángulos creados por estos puntos en el plano sagital y coronal conforman el ángulo necrótico. Sakai et al. Demostró que si el ángulo medido al momento del diagnóstico es mayor a 90º, existe una probabilidad de 92% de progresar a un colapso de la cabeza que eventualmente podría requerir artroplastia. Tratamiento El tratamiento de la NAV de la cabeza humeral depende de la etapa de la enfermedad al momento del diagnóstico, del porcentaje de compromiso de la cabeza humeral y de la causa subyacente de la NAV. En pacientes con causas atraumáticas, el manejo de los factores de riesgo o medicamentos involucrados es crucial en el control de la enfermedad. Ortopédico El tratamiento conservador corresponde al control de factores de riesgo, terapia física, uso de medidas antiinflamatorias y modificación de actividades. Este manejo se reserva para pacientes en etapa I o II al momento del diagnóstico. Existe escasa literatura que respalde el uso de diversas estrategias en etapas precoces de la enfermedad. El uso de antiinflamatorios no esteroidales (AINES) y opioides corresponde a la primera línea de medicamentos para el manejo del dolor. Existe evidencia que demuestra que la combinación de analgésicos con una terapia multisistémica (ejercicios de elongación, fortalecimiento muscular, ultrasonido y uso de infrarrojos) mejoran significativamente el dolor y la recuperación del rango de movilidad, y se asocia a mejores resultados funcionales. Actualmente existe consenso en que el manejo conservador en etapa III o posterior es insuficiente y conlleva peores resultados.
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