Patología de hombro

Universidad de Chile Departamento de Ortopedia y Traumatología 50 resultados preliminares sugieren un potencial terapéutico para el uso de AM/CU criopreservados en estos casos. Manejo no quirúrgico en deportistas con artrosis glenohumeral 1. Educación y modificación de la actividad: Es fundamental educar a los deportistas sobre la artrosis y su impacto a largo plazo en su carrera. La modificación de la actividad, como evitar extremos del rango de movimiento y actividades que impliquen cargar peso, puede ayudar a controlar los síntomas, pero se debe evitar la inmovilización completa, ya que puede generar rigidez. 2. Fisioterapia: La fisioterapia es beneficiosa, especialmente en pacientes con cambios radiográficos menores y limitaciones en el ROM y la fuerza. Los programas deben incluir movilizaciones articulares ( activa, asistida activa y pasiva) y elongación que involucren el manguito rotador, la musculatura circundante y la cápsula articular, seguidos de entrenamiento de fuerza enfocado en el deltoides y en la cintura escapular. Aunque la evidencia es limitada en pacientes con artrosis glenohumeral, se considera útil para optimizar la función y controlar los síntomas en pacientes jóvenes que deciden no operarse o en pacientes mayores no candidatos a cirugía. 3. Viscosuplementación: El ácido hialurónico constituye una proporción significativa del líquido sinovial y su contenido dentro de la articulación da como resultado la viscoelasticidad del líquido. Se ha observado que las inyecciones de ácido hialurónico pueden prolongar la mejoría de los síntomas en comparación con los corticosteroides, sin embargo, la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos desaconseja su uso basado en estudios que no mostraron un beneficio significativo, por lo que se requiere evidencia de alta calidad para respaldar su eficacia. Conclusión En conclusión, el manejo no protésico de la artrosis glenohumeral abarca un espectro de estrategias que van desde la kinesioterapia y el ejercicio terapéutico, pilares fundamentales para mejorar el ROM, reducir el dolor y fortalecer la musculatura periarticular, hasta diversas opciones farmacológicas y biológicas. Los tratamientos conservadores tradicionales como los AINE siguen siendo de primera línea, las inyecciones de corticosteroides presentan controversia debido a sus posibles efectos adversos a largo plazo. Las terapias biológicas, como el PRP y las inyecciones de aspirado de médula ósea y células madre derivadas de tejido adiposo, emergen como alternativas prometedoras, aunque la evidencia clínica robusta en artrosis glenohumeral aún es limitada. En deportistas, la educación, la modificación de la actividad y la fisioterapia adaptada son cruciales para optimizar la función y controlar los síntomas. Finalmente, la viscosuplementación con ácido hialurónico requiere más investigación para confirmar su eficacia. En general, el enfoque no quirúrgico debe ser individualizado, basado en la evidencia actual y adaptado a las necesidades y características de cada paciente.

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