Patología de hombro
Universidad de Chile Departamento de Ortopedia y Traumatología 193 Tratamiento En cuanto al tratamiento, la indicación de este puede ser variable y se consideran varios aspectos que son, básicamente, los mismos que vamos a usar para definir el tratamiento de todas las roturas del mango rotador. Usaremos elementos del paciente como son la edad, el manejo de las comorbilidades, la demanda de función, la expectativa de recuperación, además de los síntomas que estén generando problemas. De la rotura es importante conocer elementos como el mecanismo de la lesión, el tamaño de la rotura, la retracción, la infiltración grasa, el compromiso del balance desde el punto de vista funcional y descartar la presencia de otras fuentes de dolor. Respecto de la edad y extrapolado de lo que ocurre en las lesiones del mango posterosuperior, se ha visto que el aumento de la edad se correlaciona a menores tasas de cicatrización, lo cual potencialmente puede afectar los resultados. Ahora, en términos de la condición general del paciente, obviamente no es lo mismo tratar un paciente joven, saludable y activo versus un paciente muy mayor, de baja demanda funcional y a lo mejor no tan bien de salud. Por lo mismo, es importante considerar estos antecedentes al momento de tomar la decisión. Respecto al mecanismo de la lesión, las roturas traumáticas agudas en general se manejan de forma quirúrgica, especialmente en pacientes jóvenes, saludables y activos. Este tratamiento debe realizarse con relativa urgencia, idealmente entre las primeras seis o siete semanas y ojalá no más allá de los tres meses de evolución, ya que estas roturas se retraen y se infiltran de grasa rápidamente. Por otro lado, está demostrado que los resultados funcionales son peores cuando se operan después de los cuatro meses. Finalmente, otro elemento a considerar tiene que ver con el tipo de rotura, en especial en términos de la extensión, el tamaño, el compromiso del mango postero superior asociado y la reparabilidad de esta lesión. Tenemos que ser capaces de distinguir las roturas de reparables de las irreparables porque van a tener tratamientos absolutamente diferentes. En relación con esto es importante recordar que la indicación de tratamiento es relativa, que siempre es necesario conversar esto mismo con los pacientes, hablar acerca de las alternativas de tratamiento con sus riesgos y beneficios, del pronóstico, el resultado esperado y del posible riesgo de complicaciones y secuelas. Ahora, a modo de resumen, en términos generales y un poco de acuerdo con lo que hemos visto, se realiza un manejo conservador con modificación de actividades, kinesioterapia y analgesia en aquellos pacientes de edad avanzada, de baja demanda funcional o sin condiciones médicas adecuadas para una cirugía con roturas parciales o roturas pequeñas no traumáticas que no produzcan limitación funcional grave y con una buena respuesta al manejo del dolor. Este sería un caso característico, un paciente añoso con múltiples comorbilidades, de baja demanda funcional, con una lesión del subescapular y un hombro doloroso, pero sin desbalance. Independientemente del tipo de lesión que tenga, habitualmente en estos casos partimos con un tratamiento más conservador.
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