Patología de hombro

Universidad de Chile Departamento de Ortopedia y Traumatología 123 b. Reducción abierta : Indicada cuando la reducción cerrada falla, hay inestabilidad residual posterior o si existe compromiso mediastínico evidente. La técnica quirúrgica incluye: • Agujas K: no recomendado por riesgo de migración del material. • Cerclaje con túneles y suturas • Reconstrucción con injertos autólogos : Se cosechan tendones (e.g., semitendinoso, gracilis o palmar largo) para reconstruir la articulación utilizando túneles óseos en la clavícula medial y el manubrio esternal. Con la técnica de Spencer and Kuhn; abordaje sobre articulación, 2 cm mediales manubrio y 4 cm clavícula. Para una articulación estable se realizan túneles y el injerto se fija con suturas en configuración de ocho, asegurando estabilidad. La localización de los túneles es 1 a 2 cm en el borde medial de la clavícula y borde esternal, dejando puente óseo de 1 a 1.5 cm que permite el paso del tendón, el diámetro del túnel debe permitir el paso del injerto de 3.5 a 5 mm. • Artroplastia de resección : Se reseca una porción de la clavícula medial y se fija a la 1a costilla: 1 cm a la zona inferior y 2 cm parte superior, preservando los ligamentos costoclaviculares para mantener funcionalidad. Se fresa el canal medular y los ligamentos se colocan dentro de túneles y se aseguran con suturas en la parte superior. *Lesiones vasculares asociadas: en casos de compromiso vascular evidente, se recomienda la realización de una angiografía para planificar el manejo quirúrgico con equipos de cirugía vascular y de tórax. Lesiones atraumáticas La artrosis esternoclavicular es la patología más común en personas mayores de 60 años (53%), con factores de riesgo como menopausia, trabajos manuales y cirugía cervical. Se presenta con dolor, engrosamiento y crepitación, y se maneja con observación o resección del borde medial de la clavícula, preservando el ligamento costoclavicular. La artritis reumatoide afecta al 30% de los casos de forma bilateral, se presenta con inflamación sinovial, erosión ósea y dolor. El tratamiento incluye manejo de la artritis y, si es necesario, resección de la clavícula medial. La artritis séptica es poco común pero grave. Relacionada a enfermedades como la artritis reumatoide, sepsis, alcoholismo, VIH, inmunodepresión, insuficiencia renal en diálisis, abuso de drogas intravenosas y diabetes mellitus. El diagnóstico temprano es crucial y se basa en la evaluación clínica (dolor, edema, fiebre y diaforesis nocturna). Las pruebas de imagen como radiografía, tomografía computarizada y resonancia magnética son fundamentales, junto con los análisis de los reactantes de fase aguda y cultivos microbiológicos obtenidos a través de punciones articulares o biopsias. Los microorganismos más frecuentes en la artritis séptica son Staphylococcus aureus, Streptococcus sp., Pseudomonas aeruginosa, Neisseria gonorrhoeae, Candida albicans y Mycobacterium tuberculosis. El tratamiento involucra aseo quirúrgico más terapia antibiótica. En casos graves, se puede requerir la resección de la clavícula medial y los bordes de la primera y segunda costilla.

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