Patología de hombro

Universidad de Chile Departamento de Ortopedia y Traumatología 115 CAPÍTULO 14 LUXACIÓN ACROMIOCLAVICULAR Dr. Diego Soto González Tutor: Dr. Alejandro Viacava Sánchez Introducción La articulación acromioclavicular cumple un rol fundamental en la biomecánica del hombro facilitando la funcionalidad del miembro superior. La luxación acromioclavicular es una de las lesiones más frecuentes de la práctica clínica, particularmente entre individuos jóvenes y atletas de deportes de contacto. Comprender la anatomía, biomecánica, mecanismo de lesión, clasificación y opciones terapéuticas resulta imprescindible para establecer un diagnóstico certero y diseñar un plan de tratamiento adecuado para recuperar la funcionalidad del paciente. Se revisarán de forma integral los aspectos epidemiológicos, diagnósticos y terapéuticos de esta patología. Desarrollo Epidemiología La luxación acromioclavicular constituye cerca del 9 % de todas las lesiones de hombro. Se observa con mayor frecuencia en varones —con una relación aproximada de 5:1— y su pico de incidencia se sitúa en la tercera década de la vida. La forma completa es la presentación predominante, duplicando la frecuencia de las subluxaciones. En torno al 90 % de los casos, el mecanismo lesional se relaciona con la práctica de deportes de contacto. Anatomía Desde el punto de vista anatómico, la articulación acromioclavicular es una diartrosis que, en personas menores de 40 años, suele contener un menisco intraarticular. Su cinemática se expresa en tres ejes principales: rotación, desplazamiento anteroposterior y movimiento superoinferior. La estabilidad dinámica recae fundamentalmente en el trapecio y el deltoides, mientras que la estabilidad estática se distribuye entre dos complejos ligamentarios. Los ligamentos acromioclaviculares proporcionan la contención predominante en el plano anteroposterior, en tanto que los ligamentos coracoclaviculares —conoide y trapezoide— son los estabilizadores primarios frente a las fuerzas superoinferiores. El ligamento conoide se inserta de forma más medial, a unos 35-45 mm del extremo acromioclavicular, y el trapezoide lo hace de manera más lateral, a aproximadamente 20-26 mm de la misma referencia.

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