Patología de hombro
Universidad de Chile Departamento de Ortopedia y Traumatología 109 En cuanto al manejo conservador de fracturas en cuello de escápula, se describe que aquellas fracturas con lesiones asociadas presentan un índice de Constant menor, además de un peor valor de Constant a menor ángulo glenopolar, además de una correlación negativa entre la edad y el ángulo glenopolar. Sin embargo, la edad por sí sola no se relaciona con el resultado funcional. Quirúrgico Existen múltiples estudios que intentan definir en qué casos realizar un manejo quirúrgico, siendo importante para esto diferenciar las fracturas entre extraarticulares, intraarticulares, y aquellas con compromiso doble del complejo suspensorio superior del hombro. Indicación quirúrgica en fracturas extraarticulares Se debe considerar un manejo quirúrgico en los siguientes casos: a. Ángulo glenopolar < 22° b. Deformidad sagital del cuerpo > 45° c. Medialización del pilar lateral > 20-25 mm d. Doble disrupción del complejo suspensorio superior del hombro Se debe tener presente que estas son indicaciones relativas, y que se deben adaptar a la funcionalidad del paciente. Romero en 2001, describe una serie de 19 pacientes con fractura de cuello escapular en que se realizó tratamiento quirúrgico de su fractura de clavícula o disyunción acromioclavicular, sin intervenir en el cuello. De estos, 6 pacientes presentan un ángulo glenopolar < 20°, de los cuales un 80% se queja de dolor moderado a severo, en comparación con 2 de 13 pacientes con ángulo glenopolar > 20°. Suma a esto, aquellos con este ángulo <20° presentan una disminución en sus actividades de la vida diaria y de disminución de rango articular. Ada por su parte, en 1991, describe que aquellos pacientes con desplazamiento de la espina y del cuello presentan mayor dolor de reposo, debilidad con la actividad y dolor, ampliando la indicación quirúrgica de la época para incluir aquellos casos con este desplazamiento. La medialización del pilar lateral disminuye la fuerza ejercida por el manguito rotador para estabilizar y movilizar la articulación. Por otro lado, Goss en 1993 pone en evidencia la necesidad de evaluar la estabilidad del complejo suspensorio superior del hombro, requiriendo de su reducción y estabilización en aquellos casos con lesiones en dos sitios y desplazamiento de uno de ellos (>10 mm). Sin embargo, se debe tener presente que esta indicación debe individualizarse a cada paciente, teniendo resultados significativos sólo respecto a la flexión de hombro al comparar el manejo ortopédico con el quirúrgico. Para evaluar la necesidad quirúrgica se debe tener especial atención en los ligamentos coracoclaviculares, en que lesión de estos disminuye el ángulo glenopolar y la estabilidad respecto a fuerza medializantes. Esto es evidente en casos
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