Patología de hombro

Universidad de Chile Departamento de Ortopedia y Traumatología 108 Mapeo 3D En 2024 se realizó un estudio retrospectivo, evaluando fracturas de escápula entre 2015 y 2021, identificando los principales rasgos de fracturas presentes en la escápula, reconocibles mediante un TC. Mediante este identifica identifica que alrededor del 90% de los rasgos de fractura involucran el pilar lateral-inferior, 76% el ángulo espino medial, y el 37% la espina de la escápula. Clasificación de fracturas de los procesos. La incidencia de fracturas aisladas del proceso coracoides y acromial son bajas. El manejo de estas viene dado por el contexto en que se producen, diferenciando en casos de trauma, estrés, con o sin prótesis, y del impacto del compromiso deltoideo y/o complejo suspensorio del hombro de estas. Las fracturas de acromion se pueden clasificar en base a Kuhn, diferenciándose en tipo I en que no se encuentran desplazadas, Tipo II que presentan desplazamiento si reducir espacio subacromial, y Tipo III en que se reduce el espacio subacromial. Por su parte las fracturas de Coracoides es posibles clasificarlas en base a Eyres en que aquel tipo I son del tipo, tipo II de la mitad distal, tipo III son de la base del coracoides, tipo IV en que hay compromiso de la región cefálica del cuerpo escapular, y tipo V aquellas con compromiso de la fosa glenoideas. Por su parte Ogawa simplifica esto diferencia en aquellas fracturas proximales (tipo I) o distales (tipo 2) al ligamento coracoclavicular. Manejo Conservador La gran mayoría de las fracturas de escápulas son de manejo conservador, siendo este de elección en alrededor del 99% de las fracturas del cuerpo, 80% fracturas de la glena, 83% en fracturas del cuello, 52% de las fracturas de proceso coracoides o acromial. El resultado del manejo conservador es bueno o excelente en un 86% de las fracturas del cuerpo (106 de 123 casos), 82% en fracturas de acromion y/o coracoides, 79% de las fracturas del cuello y 67% en fracturas de la glena aisladas. Sumado a esto, en aquellos casos de hombro flotante (fractura del cuello escapular y de la clavícula), tienen un buen o excelente resultado en un 94% de aquellos con tratamiento ortopédico, 100% en aquellos con sólo tratamiento quirúrgico de la clavícula, y 93% en manejo quirúrgico de ambos huesos. En aquellos casos con fractura del cuerpo desplazados, se obtuvieron resultados satisfactorios dentro de aquellos pacientes en que se logró seguimiento (63.5% del total), con una tasa de consolidación del 100%, reportando solo 1 caso de rigidez de hombro. Dentro de aquellos factores que presentan peores resultados del grupo, solo se identifica el “Injury severity score” (ISS), y la asociación con fracturas costales.

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