Patología de hombro
Universidad de Chile Departamento de Ortopedia y Traumatología 104 CAPÍTULO 13 FRACTURA DE ESCÁPULA Y GLENOIDES Dr. Sebastián Schuster White Tutor: Dr. Sebastián López Iturra Introducción Estas fracturas representan un gran desafío clínico debido a su baja frecuencia y a la complejidad anatómica de la zona afectada. Su aparición suele estar asociada a traumatismos de alta energía, por lo cual su identificación precoz y manejo adecuado es fundamental para preservar la funcionalidad del hombro y la extremidad superior. Comprender la biomecánica escapular, los distintos patrones de fractura, sus clasificaciones y las indicaciones terapéuticas es fundamental para optimizar los resultados clínicos. En este capítulo, se revisan los fundamentos anatómicos, las clasificaciones principales, y las estrategias de tratamiento conservador y quirúrgico, proporcionando un enfoque integral orientado tanto a la toma de decisiones como a la recuperación funcional del paciente. Desarrollo Biomecánica y anatomía La escápula es un hueso plano, de forma triangular, destacando en ella el acromion, punto de estabilidad ósea que articula con la clavícula, la glenoides que articula con el húmero, y la apófisis coracoides. En ella se insertan 17 músculos, de los cuales 6 de estos son los principales involucrados en su estabilidad (trapecio, serrato anterior, elevador de la escápula, romboides mayor y menor, y pectoral menor. Dentro de las funciones de esta, se encuentra coordinar el movimiento escapulotorácico y gleno-humeral, permitiendo preservar el espacio acromio-humeral durante la flexión del hombro. También permite transmitir fuerzas desde el esqueleto axial hacia el apendicular y viceversa, además de integrar y optimizar la movilidad glenohumeral mediante movimientos combinados como sucede en la elevación del hombro, o en la protracción, retracción y encogimiento del hombro. En los años 90 se menciona la relevancia del complejo suspensorio superior del hombro, estructura compuesta por la glena, el proceso coracoides, los ligamentos coraco-claviculares, segmento distal de la clavícula, ligamento acromioclavicular, y el acromion. Este mantiene la estabilidad entre la extremidad superior y el esqueleto axial, estabiliza las articulaciones involucradas, y permite el anclaje de múltiples estructuras de tejido blando. Debido a esto es que la correcta evaluación y lesión de este complejo cobra importancia en las fracturas de
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