Patología de hombro

Universidad de Chile Departamento de Ortopedia y Traumatología 100 para evitar el daño del manguito rotador, evitando la inserción del tendón del manguito rotador, accediendo a través de la unión miotendinosa, disminuyendo el dolor postoperatorio. También se puede realizar el CEM retrógrado, el cual evita las lesiones en el hombro. Un estudio prospectivo aleatorizado analizó el uso de CEM anterógrado en comparación con retrógrado bloqueado del húmero y demostró un tiempo más largo para el retorno de la función del hombro para el anterógrado; sin embargo, se observó un retorno más largo a la función del codo en el grupo retrógrado. En general se prefiere el CEM anterógrado sobre el retrógrado debido a complicaciones específicas de este último que incluyen fractura supracondílea iatrogénica, pérdida de la extensión del codo y osificación heterotópica. Placas Respecto al uso de placas, estas pueden ser convencionales (DCP, LCP, tercio tubo, etc), placas anatómicas de humero proximal larga o anatómica de humero distal posterolateral, con distintas técnicas (compresión, neutralización, puente, etc) según sea el caso. Este tipo de implante tiene la ventaja de presentar una biomecánica suficiente pudiendo lograr una reducción precisa, preservando la circulación endostal. Sin embargo, su abordaje en general es cruento, con un mayor grado de desperiostización y daño de partes blandas pudiendo generar lesiones del nervio radial y compromiso del hematoma fracturario con daño de la circulación periostal, así como implicancias estéticas negativas por el mismo abordaje. Las fracturas localizadas en el tercio proximal y/o medio se abordan con el abordaje anterolateral clásico. Cuando se requiere, este abordaje se extiende distalmente para exponer todo el húmero. Sin embargo, este abordaje no se recomienda para fracturas intraarticulares distales. Las fracturas del tercio distal generalmente se exponen a través de un abordaje posterior ya se transtricipital o paratricipital. Para las fracturas del tercio distal y medio, el abordaje posterior modificado permite la exposición del 76 al 94% del húmero (dependiendo de la movilización del nervio radial y la liberación del tabique intermuscular). MIPO Las placas con técnica mínimamente invasiva han mostrado tener ventajas sobre las placas convencionales, ya que presentan mínima desperiostización, menor sangrado, menor tiempo quirúrgico, y menores tasas de no unión e infección. Las alternativas son múltiples tanto para el abordaje (anterior, anteromedial, anterolateral y posterior) como el tipo de placa (LCP gran fragmento delgada, LCP húmero proximal larga y LCP posterolateral extraarticular). El abordaje anterior clásico de la diáfisis del húmero mediante MIPO se describió por primera vez hace dos décadas. Esta técnica es adecuada para fijar una fractura que se extiende desde 5 cm distal al surco bicipital hasta 5 cm proximal a la fosa coronoide. Cada fragmento debe fijarse con al menos 3 tornillos. Estudios locales sugieren que los resultados clínicos y funcionales de las fracturas del tercio distal de la diáfisis humeral tratadas con técnica MIPO posterior, con aislamiento segmentario del nervio radial, son excelentes y se asocian a una alta tasa de unión y una baja tasa de complicaciones, lo que establece a este procedimiento como una posible alternativa al tratamiento clásico de este tipo de fracturas. La indicación para esta técnica incluye

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