QUIPOema
q. 176 atrapado en la vegetación. El primer cruce de trama y urdimbre unión de alto y bajo cielo y tierra hombre y mujer El primer nudo de la espiral vida y muerte nacer y renacer. En QUIPOema la artista-poeta nos va entregando destellos es- téticos-éticos para volver a empezar y resurgir: «Imagino el primer cruzar/ entretejiendo ramas y palos/ haciendo un nido/ para dar a luz/ El primer hilar/ espirala una fibra/ vegetal/ copiando una liana/ …». Se imagina «hilando» y «ref lejando». Así, como lectores y lectoras junto a ella aprendemos a comenzar de nuevo, retomando contacto con la propia energía creativa a través de la imaginación y la mímesis, haciéndonos una con la energía creativa del cosmos. La función del arte precario es eso: tomar contacto con la energía creativa del cosmos desde lo más ínfimo e impermanente de la existencia, «enredarse» con esa energía y ponerla a funcionar para volver a «tejer» la vida. Con ello se resiste al significado negativo que le otorga la cultura occidental-capitalista a la precariedad y lo transmuta en un valor positivo de creación y potencial de futuro, especialmente vinculado con lo femenino. En el poema «Circular» nos dice: «Al nacer una niña, su madre le pone una araña en la mano para enseñarle a tejer». Vemos cómo a lo largo de QUIPOema Cecilia Vicuña nos va guiando en su lectura y las maneras de entender su forma de hacer arte, como una madre-tejedora que da a luz patrones primogénitos del «primer hilar» que entrelazan la vida, la muerte, la tierra y el cosmos. Su quehacer consiste en ir «entretejiendo ramas y palos», las basuritas con las que va creando una cosmogonía propia, «haciendo un nido / para dar a luz». Su trabajo creativo, podemos ver, está fuertemente inspirado por las artes de los
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