QUIPOema

q. 174 gismo para construir un arte de resistencia a la dominación colonial, de supremacía blanca, patriarcal y capitalista neoliberal, a favor de la trans- formación y la vida. A través de la yuxtaposición de poesía escrita, dibujada a mano, diagramada en la página y la fotografía de sus propias obras anota- das y comentadas por ella misma, la autora va creando una historia donde vida y arte se entrelazan. Parte clave del contexto que enmarca y cruza este libro es la Unidad Popular y el posterior golpe de Estado que derrocó al gobierno democrático del presidente Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973. Nacida y cria- da en el Chile democrático hasta sus 24 años, Cecilia Vicuña se encontraba en Londres en el momento del golpe, adonde había llegado para estudiar en la Slade School of Fine Arts del University College con el apoyo de una beca del British Council. Desde entonces la autora no ha vuelto a residir en Chile. En QUIPOema el trauma y el desconsuelo quedaron inscritos como corte, vacío y fragmentación. Su acción de arte precario se pliega sobre sí para agregar una nueva capa de sentido que ella elabora como una «expulsión», más que un «exilio»: Nací en el Golpe de Estado en Chile, y entonces cuando eres una per- sona expulsada, pienso que expulsada es mejor que exilio, porque en realidad eres nada. Eres como pequeñas pulgas […] Chile, América Latina eran como un perro mojado… (Vicuña, 2015). Es desde ese lugar, desde esa «nada», que emerge Diario de vida para la resistencia chilena , escrito en Londres después del golpe. Ahí precisa: «Del mundo que había sido, solo quedaban los libros incendiados, los cuerpos desaparecidos y una que otra fotografía». En la medida que vamos leyendo, paso a paso vamos aprendiendo a leer la obra: su autora nos abre las puertas a su cosmogonía poética, nos enseña a cómo leer, pensar, crear y resurgir con ella; en definitiva, nos entrega claves metapoéticas . Es en este plano conversacional en el que podemos oír el resuello de su creatividad pulsando la vida después de la muerte, tal como nos menciona el poema «Arte Precario»: «Continuidad en la obliteración. / En la muerte, resurrección».

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