QUIPOema

q. 164 mente moderna», Vicuña deseaba articular un comienzo y posicionarse en ese comienzo, pero dentro de la historia precolombina y colonial. Ella per- cibe el «comienzo» en la forma descrita por Edward W. Said: «Comenzar es hacer o producir diferencia: pero diferencia que es resultado de combinar lo familiar con la fértil novedad del trabajo humano en el lenguaje». Nudo en un pañuelo. Quizás al principio la conexión parezca in- congruente. Sin embargo, me gustaría analizar y enfatizar la relación entre las obras de Cecilia Vicuña y Kurt Schwitters en el contexto de la historia colonial chilena. Aunque su encuentro más temprano con la obra del artis- ta solo consistió en el encuentro con una fotografía, y aunque fue mucho después, ya en los ochenta, que conoció su trabajo en profundidad, hay una afinidad entre ellos que vale la pena ser explorada. Las obras de ambos artistas convergen en varios puntos: construcciones multimediales no re- presentacionales, un arte «no objetivo», el énfasis en la conexión y la inte- racción: lo «direccional» por sobre lo «dimensional»; el uso o el rechazo; las estrategias usadas al nombrar ( Merz y Precario ); y también en la experi- mentación con formas de arte como la poesía. Los elementos constitutivos de la poesía: letras, sílabas, palabras y oraciones reciben permiso de inte- racción y producción de significado. Sin embargo, es más impresionante el parecido entre el proceso de construcción de Merzbau , concebido en la casa de Schwitters, y el quipu de Vicuña, montado en su dormitorio sin conoci- miento del método de instalación de Schwitters, y que constituiría la base de sus posteriores tejidos espaciales. Sus procesos mentales parecen correr paralelo el uno al otro. Como resultado de un interés particular en cómo distintos materiales, incluyendo los componentes de sus propias obras, se combinan e interactúan, Schwitters empezó a atar cuerdas en su estudio de un objeto, pintura u obra a otro para enfatizar o materializar esa inte- racción. En un punto, las cuerdas se convirtieron en alambres y luego estos fueron reemplazados por estructuras de madera que, a su vez, fueron uni- das con yeso. Las estructuras crecieron y se unieron hasta, eventualmente, llenar varias habitaciones, adquiriendo la apariencia de una enorme gruta abstracta. De algún modo, esta estructura también recuerda el sistema de hilos suspendidos usado por Gaudí en la Iglesia de la Colonia Guell (1908- 14) para investigar los principios de construcción y métodos de modelaje que después aplicaría en el diseño de La Sagrada Familia de Barcelona.

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