QUIPOema

q. 150 entonces se calculó que todos los años morían en Bogotá 1.920 niños tras beber leche contaminada producida en Colombia, escándalo que no provo- có ninguna acción gubernamental o procesos judiciales a los distribuidores. No se tomó ninguna medida para detener el «crimen de la leche», entonces Vicuña decidió hacer la performance de derramar un vaso de leche frente a un edificio gubernamental y bajo el cielo azul. Amarró un cordel alrededor del vaso de leche, tiró de él y así «se escribió el poema en el pavimento». Sobre esta performance, Leon Golub dijo una vez que era el trabajo político más eficaz: inversamente proporcional a su tamaño y precariedad, la acción tuvo un impacto poderoso y complejo. En la práctica artística de Cecilia Vicuña, particularmente porque se relaciona con la protesta política, siempre están en juego la investigación del lenguaje y las políticas de la definición, esto porque su «nombrar» es el acto más político de todos. Arte precario es el nombre que da a su voz inde- pendiente dentro el hemisferio sur, desafiando su posición colonizada. Su arte es andino; no sobre el arte andino. Pertenece a la cultura mestiza urba- na y no a la versión occidental purista que se apropia de «las llamitas». Su obra involucra la batalla de los significados . Según Vicuña, la sumisión y la pobreza comienzan con la aceptación de las definiciones que otros crean para ti. Mientras la designación general de «indios» (una definición inicial errónea de los conquistadores) cubría la alterización de todas las tribus, fue posible la masacre de las poblaciones nativas del continente americano. El reconocimiento necesita un nombre, su propio nombre. Nudos como mocos. Objetos pequeños, como los precarios de Vi- cuña, hechos de ramas y cuerdas, además de figuras de cordel, han apareci- do en muchas culturas como representaciones del ambiente natural, la cul- tura material (herramientas, alimento, fuentes de vestimentas, recolección de alimento y otras actividades cotidianas), las relaciones interpersonales, las leyendas…Muchas veces los cantos y las historias se recitaban mientras se exhibía una figura de cordel. Kathleen Haddon sugiere que las figuras de cordel solo servían como medio de ilustración de los objetos o seres repre- sentados en la leyenda que acompañaban. Ante la ausencia de materiales de dibujo, la ilustración ya estaba preparada, era altamente reproducible y no dependía de la habilidad artística de quien la producía. Al ser una espe- cie de archivo cultural, un repositorio de creencias y observaciones que se

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=