QUIPOema

q. 138 Arte precario Lo precario nació por sí mismo y por casualidad. Al principio solo el perro se interesaba en los palos y plumas que yo recogía. El largo abandono en que habían estado los había embellecido. Al ser «recogidos» daban un golpecito. Así cada palito se convertía en el Buda. * Cuando dije «arte precario» nació una energía, ambas palabras se transformaron en el encuentro. El hacer (ars) se hizo oración, y orar se hizo hacer. La oración es el cambio, «el peligroso instante de la transmutación». Lo precario es la transformación. * Nombrar una obra por su disolución responde a una antigua visión: La órbita de los planetas, el sol y la luna, se nombra por su desaparición: la eclíptica. Las figuras de hilos Kwakuitl se nombran por la forma en que los hilos se deshacen en la mano. En el Ande, los restos y sobras se recogen para deshacerse de lo malo. Los nudos son cambios y el intercambio genera la curación. Continuidad en la obliteración. En la muerte, resurrección. Los restos y basuras son el pasado que vendrá, lo que decimos de nos.

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