Politizando los cuidados en la Río
25 Las experiencias reflejadas en la siste- matización de los talleres, dan cuenta del impulso y potencia reflexiva, crea- tiva y política de las organizaciones territoriales en el proyecto comunitario de transformar las realidades sociales y experiencias vitales, en procesos de autoconocimiento y reconocimiento de las opresiones que enfrentan vecinas y vecinos en sus cotidianidades. Tras su realización, la identificación de planos de dolencias físicas y afectivas que se develan en los diagnósticos personales y grupales, resuenan con la necesidad de sostener la reflexión inicial-futura sobre la conciencia colectiva y los im- pactos del capitalismo neoliberal y el patriarcado, manifiestos de formas tan múltiples y complejas, sobre los cuer- pos y vidas de vecinos y vecinas. Tanto para integrantes de organizacio- nes territoriales como para universita- rias participantes, el involucrarnos en la construcción de la propuesta, impul- só a que profundizáramos en la com- prensión de los cuidados colectivos, en clave de sentidos y pedagogías, para fundamentar en lo teórico y en lo didác- tico, la problematización más estructu- ral de los cuidados, cuestión de interés común para el equipo. Abordarlo con públicos diversos en compromiso po- lítico-territorial, implicó aprendizajes: un diseño atento a la flexibilidad y sensi- ble con las trayectorias y experiencia individuales. Un colectivizar en torno a la memoria colectiva, conectora de las vivencias personales y de la gestión del cuidado de sí. Los ejercicios introspec- tivos, creativos o de haceres conjuntos, abrieron sin duda posibilidades de nue- vos relatos y discursos sobre la comple- jidad de realidades vividas en lo local. La apertura en el diseño de los talleres a la transversalidad etaria y de género, entre otras diferencias, buscando la no división de grupos y favorecer el reco- nocimiento mutuo, como integrantes de una comunidad viva y diversa - tan distante a las lógicas asistenciales que se conocen desde el aparato progra- mático sanitario- fue una impronta que es muy connatural con las propias di- námicas de la organización territorial, un conocimiento adquirido y repertorio de acción, que vuelve a aparecer con la implementación de los talleres. El movimiento conjunto como gestoras y gestores comunidad-universidad, tuvo a su vez el sentido de articulación de fuerzas. Fuerzas para articularse en sí, colaborar y co-crear sentidos y con- tenidos comunes en torno a los cuida- dos en la Río. Desde la perspectiva de las organizaciones integrantes y dirigen- tes del equipo, la participación en la or- ganización de talleres puso a prueba las capacidades, habilidades y plasticidad de los integrantes del proyecto. Podría- mos decir que en la relación hay un cre- cimiento organizativo, que va un poco más allá de los aportes que implicó al proyecto en cuanto a materialidades y equipamientos concretos adquiridos para la implementación de actividades, sino en el sentido de dar continuidad a las relaciones que importan, y que sur- gieron años atrás, para continuar en el diálogo de saberes y afectos que sur- gieron en aquel octubre del 2019. Pensamos que estos aprendizajes con- juntos han sido el sostén de este lu- gar-frontera de relaciones, fronterizo por su nacimiento en bases solidarias y no exento de contradicciones y tensiones, pero siempre queriendo formas de ma- terializar una acción política conjunta, dibujado en cierta manera ese horizon- te emancipatorio, desde las prácticas y potencias de la organización territorial, con agencia, autogestiva y con una éti- ca del cuidado situada y solidaria, y por cierto, interpeladora de las prácticas y rol de las universidades públicas en la relación.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=