Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro

93 El agujero de ozono en el Polo Sur creció hasta unos 2.000 millones de hectáreas a principios de la década de 1990 y, en ocasiones, aumentó a 2.800 millones. En 2001, la capa de ozono se había adelgazado hasta 30% en el Polo Norte, en Euro- pa y otras latitudes altas. En su tamaño máximo, en 2006, el agujero de ozono en la zona antártica alcanzó los 2.700 millones de hectáreas, mientras que en 2009 el agujero alcanzó los 2.400 millones de hectáreas, disminuyendo con respecto al año anterior y aún más pequeño que el tamaño récord de 2006, según imágenes recopiladas por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio ( NASA , por su sigla en inglés de National Aeronautics and Space Administration).A fines de 2012, el área del agujero de ozono se redujo a 1.800 millones de hectáreas, los niveles más bajos observados en más de una década. La principal causa del agotamiento del ozono son las emisiones de halocarbonos producidos por el ser humano, sobre todo los clorofluorocar- bonos ( CFC ). Descubiertos a principios del siglo XX , estos gases famosos por sus propiedades industriales eran utilizados globalmente en una amplia gama de aplicaciones, incluidos refrigeradores, aire acondicionado, latas de aero- sol, disolventes y extintores de incendios. La desventaja de estos gases es que permanecen en la atmósfera (50-1.700 años) y, por lo tanto, causan daños am- bientales duraderos. El cloro del CFC interactúa químicamente con el ozono y lo descompone, lo que reduce la capacidad de la capa de ozono para bloquear los rayos ultravioletas. La respuesta internacional a la amenaza del ozono ha sido quizás la más exitosa de todos los esfuerzos ambientales mundiales. En 1985, la Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono (firmada por Chile en 1990) comprometió a los países a promover la cooperación, a través de observaciones sistemáticas, investigaciones e intercambio de información sobre el impacto de las actividades humanas en la capa de ozono y adoptar medidas legislativas en contra de actividades que producirían efectos adversos en la capa de ozono. En ese momento, la comprensión científica del agotamiento del ozono todavía era limitada, por lo que no se establecieron medidas específicas, pero los países estaban dispuestos a reconocer el problema y combatirlo. A medida que los científicos desarrollaron un conocimiento preciso de cómo se produce el agotamiento del ozono, las partes de la Convención deViena decidieron tomar medidas específicas y acordaron el Protocolo de Montreal so- bre Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (firmado por Chile en 1990), el cual estableció directrices estrictas para reducir el uso de sustancias que agotan la capa de ozono, permitiendo al mismo tiempo un margen para el crecimiento económico de los países en desarrollo. Este protocolo ha tenido 4 enmiendas que reflejan un mejor conocimiento científico del problema del ozono, sin tener que renegociar todo el acuerdo, de modo que el acuerdo sea flexible pero fir- me. Actualmente, de las 96 sustancias químicas controladas por el protocolo, los países desarrollados ya han eliminado el uso de la mayoría de ellas y los países

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