Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro
337 el aparato estatal —con todos los matices intermedios— se vulneren dere- chos y se produzcan sujetos que encarnan los miedos más profundos de una población blanqueada que teme a lo extraño, a lo no normativo. La multipli- cidad de combinaciones de estos factores se traduce en mensajes gestionados por medios de comunicación y otras instituciones y actores que levantan noti- cias y/o campañas basadas en la emoción (el miedo contra la esperanza) y, por lo mismo, es terreno fértil para relacionar, como se ha hecho en Chile, a todas esas poblaciones con la pandemia; es decir, con la enfermedad y la muerte. Por lo tanto, el imaginario de un Otro contaminado se instaló con fuerza, sobre todo al comienzo del ciclo pandémico. Respecto de cómo se comunica hacia poblaciones y/o colectivos diver- sos, las instituciones (especialmente el Estado en todas sus formas, incluso uni- versitarias) han transitado en una espiral de mensajes ambiguos, centrados en cifras o bien en una forma de comunicar que simplifica para informar, descui- dando complejidades de audiencias diversas. Esos mensajes circulan luego en consultorios, escuelas, medios de comunicación, y se ha constatado que produ- cen desorientación si la evidencia científica no se apoya en distinguir contextos (Labrín et al., 2020). Por ejemplo, la población haitiana ha debido informarse gracias a organizaciones sociales y al trabajo de núcleos de extensión y comu- nicaciones de la Universidad de Chile y de otras instituciones. Lo mismo ha sucedido en el caso de portadores de VIH o en el caso de niños, niñas y adoles- centes, donde la mirada ha estado enfocada en las comunidades educativas y, débilmente, en otros aspectos orientados en la calidad de vida; caso similar ha sido el del abordaje del envejecimiento y la pandemia. En ese sentido, estos dos ámbitos de un mismo problema se debieran —y es la sugerencia— trabajar a partir de diversificar fuentes, trabajar con co- lectivos y organizaciones sociales en forma permanente para conocer sus nece- sidades y sus formas de comunicar, articulando redes mediáticas que permitan proporcionar mensajes directos a partir de la mirada científica anclada en la mirada del cuidado ( CNTV , 2020b; Posetti & Bontcheva, 2020). El enfoque de derechos se hace fundamental, teniendo en cuenta que se trata de poblaciones y/o colectivos vulnerados y que se requiere comunicacionalmente apoyarles para que salgan de esa situación por sus medios, sin asistencialismos, pero sí con apoyo de información oportuna, eficaz, eficiente, contextual, que les permi- ta tomar decisiones y así resistir y activarse frente al discurso de odio, estigmas, racismo, sexismo, clasismo. El Otro es un“nosotros”y construirlo en una Otre- dad solo acrecienta las brechas que separan la comunicación de la comunidad. Reflexiones finales Qué, cómo, cuándo, a quiénes y por qué vías discurren los procesos comunica- cionales y qué actores intervienen en estos son preguntas que no encuentran
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