Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro

324 a los altos niveles de las olas del mar. El Océano Índico, a la fecha, carecía de un centro de alerta y alarma de tsunamis. El terremoto provocó que numerosos tsunamis se registraran en las cos- tas que bordean el Océano Índico (Tsuchiya & Nobuo, 1995). ¿Cuáles fueron sus consecuencias globales? La conferencia mundial so- bre desastres en enero del 2005 en Kobe, solo 1 mes después del devastador te- rremoto y tsunami, acordó entre sus múltiples avances un centro, integrado por el Centro de Alertas de Tsunami del Pacífico ( US Geological Survey) y el Centro de Alertas de Japón para la monitorización y vigilancia de estos fenómenos en el Océano Índico (Tsuchiya & Nobuo, 1995). Huracán Mitch Al igual que muchos huracanes, inició su recorrido en África como una onda tropical e ingresó en el Océano Atlántico el día 10 de octubre de 1998. Al entrar en el Caribe no tardó en transformarse en tormenta tropical. Para dimensionar la catástrofe que causó, basta leer uno de los titulares que conmemoró los 20 años de su ocurrencia:“El huracán que borró Centroamérica”(Olmos, 2018). El huracán Mitch ha sido uno de los ciclones tropicales más poderosos y mortales que se han visto en la era moderna. Llegó a alcanzar una velocidad de 290 km/h y no tardó en ocupar la categoría más destructiva en la escala de huracanes Saffir-Simpson. ¿El resultado? 15.000 muertos, 8.000 desaparecidos y 2 millones de refugiados. Por su parte, los daños materiales ascendieron a la suma de 5 mil millones de dólares ( IDB , 2004). Además, tras su paso, se produ- jeron brotes de enfermedades en todo Centroamérica, incluyendo cólera, lep- tospirosis y dengue ( IDB , 2004). Ahora bien, desde el punto de vista internacional, el huracán Mitch obli- gó al Banco Interamericano de Desarrollo a redefinir sus políticas en materia de emergencias extremas y desastres globales: 11 países habían caído en de- fault , nada menos. En dicha oportunidad, el autor de estas páginas fue invitado a proponer una Red de Desastres para el Banco que no tardó en convertirse en una convocatoria dirigida a todos los países miembros. Así, a fines del año 2000, Chile pudo presidir la Red de Desastres, en cuyo interior se examinaron temas globales para la reducción de desastres, tales como cambio climático, educación, marginalidad y pobreza (así como otros relacionados con la políti- ca crediticia del banco, fondos de emergencia, inversión en prevención, entre otros) ( IDB , s. f.).

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