Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro

315 Escenario a futuro A través de los resultados del estudio comentado, podemos entregar un sustra- to más empírico a un abordaje inicial del concepto de la Diplomacia en Salud. Aquí podemos verificar cómo la visión desde un país de alto ingreso, pero en una región que sufre muchos de los problemas habituales del Sur Global o del “sub-desarrollo”, puede aportar importantes lecciones al concierto mundial. Posterior a estos dos años de pandemia, a un importante giro en la posición política del gobierno de turno y con un proceso constituyente en curso, la Di- plomacia en Salud Global desde Chile se desenvolverá en un escenario incierto, pero en el que deberá adquirir mayor relevancia. La coordinación de la vigilancia epidemiológica, la gestión de las vacu- nas y el enfrentamiento del impacto económico del Covid-19, en el contexto de un importante flujo migratorio, son ejemplos en que la actividad inter- nacional, con foco sanitario, se volverá un eje muy relevante de la política exterior del país. Hasta el momento, existe la percepción de que ha existido más bien un afán competitivo entre los países latinoamericanos en el manejo de la pandemia, pero la misma dinámica de la infección, con la recurrente aparición de variantes, hace más patente aún la necesidad de esfuerzos cola- borativos, en particular el acceso a inmunización de manera equitativa entre las regiones y países. En tanto, la redacción de una eventual nueva Carta Magna que lidia con cuestiones tan centrales como el Derecho a la Salud o el respeto retrospectivo por los tratados internacionales que Chile ha firmado (que incluye los tratados comerciales) pone también a la Diplomacia como una herramienta muy rele- vante. Así, deberemos enfrentar definiciones respecto del acceso de la pobla- ción en condición migrante a la atención de salud o del modelo de desarrollo y producción sustentable, respetando aspectos medioambientales o culturales frente a inversiones extranjeras. En especial en Sudamérica, el signo de los gobiernos conservadores de los últimos años resultó en un paréntesis de uno de los esfuerzos integradores de la región, Unasur; e intentaron, por diversos motivos, reemplazarla por otra estructura, Prosur, en que si bien se conjugó la afinidad ideológica de sus in- tegrantes, no existió ningún tipo de proyección. Esta inestabilidad, tan propia de la región, que liga importantes instituciones de cada país a la evolución del ciclo político contingente a nivel nacional, trasunta los esfuerzos de coopera- ción Sur-Sur. Es la receta para un fracaso permanente. El nuevo gobierno en Chile (2022), al menos en el discurso, se ha declarado abiertamente latinoame- ricanista y estará por verse cómo este aspecto de las relaciones internacionales permite la emergencia de las temáticas sanitarias más urgentes.

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