Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro
284 casos que lo requieran, así como seguimiento y aislamiento (cuarentena) de los contactos. Además, para abordar los diferentes ámbitos afectados, en di- cha respuesta deberían estar incluidos distintos sectores y actores (individuos, instituciones, comunidades, gobiernos locales y nacionales), los que desde sus especificidades deberían contribuir al objetivo de controlar o detener la propa- gación comunitaria del Covid-19 ( WHO , 2020c); por ejemplo, si no se entregan subsidios económicos suficientes para que las familias vulnerables puedan con- tar con recursos que les permitan cumplir con cuarentenas, el cumplimiento de estas es menor, pues los integrantes de esas familias continúan saliendo a buscar su diario sustento ( MOVID -19, 2020). En este contexto, la demanda sobre los sistemas de salud, especialmente en las Unidades de Cuidados Intensivos ( UCI ), proveniente de un gran número de personas que enferman simultáneamente, ha estresado los sistemas sani- tarios a límites que en otros momentos podrían haber parecido inimaginables, lo que también ha requerido una movilización también sin precedentes de los sistemas de salud ( WHO , 2020c). La amenaza del Covid-19 depende del número de casos nuevos que ocurren simultáneamente en un momento dado y de la capacidad del sistema de atención de salud del país para responder a la creciente demanda de aten- ción de salud ( WHO , 2020c). Por lo mismo, la capacidad del sistema de salud para responder eficazmente a la demanda depende de los recursos disponibles; particularmente camas de hospital, capacidad de UCI y recursos humanos es- pecializados ( WHO , 2020a), y de un nivel primario de atención fuerte y resolu- tivo, trabajando coordinadamente con las poblaciones de las que realmente se hace cargo (Arteaga & Fuentes García, 2020). Los países y sus sistemas de salud han tenido diferentes capacidades de respuesta al Covid-19, lo que ha hecho emerger el concepto de resiliencia, que si bien ha sido central en el ámbito de la reducción de riesgos, su aplicación a sistemas de salud es bastante nuevo (Haldane et al., 2021). En este caso, resiliencia ha sido definida como la capacidad del sistema de salud para prepararse, gestionar (absorber, adaptar y transformar) y apren- der de los shocks , entendidos estos como alteraciones repentinas y extremas, como epidemias, desastres naturales, crisis financieras y otros (Sagan et al., 2020). Más recientemente, Haldane et al. —sobre la misma base conceptual de capacidades de las instituciones y los agentes sanitarios orientados a la preparación para recuperarse y absorber los golpes, mientras mantienen las funciones básicas y atienden las necesidades de atención aguda y continua de sus comunidades— han expandido el concepto de resiliencia para incluir las dimensiones de gobernanza y financiación, personal sanitario, productos y tecnologías médicas, funciones de salud pública, prestación de servicios de salud y participación de la comunidad para prevenir y mitigar la propagación del Covid-19 (Haldane et al., 2021).
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