Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro
282 un impacto directo en el crecimiento económico, y iii) al contribuir directamen- te al bienestar de la sociedad, dado que la sociedad logra satisfacción de la sola existencia del sistema de salud y que las personas puedan acceder a este, inde- pendientemente incluso de que los servicios sean efectivos o que los servicios sean o no utilizados por la población. De acuerdo con el enfoque de determinantes sociales de la salud, los sis- temas de salud se consideran un determinante intermediario de la salud ( WHO , 2008). Esto significa que si bien los sistemas de salud, por sí solos, no son capa- ces de explicar desigualdades sociales en salud, a través de su actuar sí pueden modular la vulnerabilidad diferencial de las personas y también la exposición diferencial de las personas a factores que pueden dañar su salud ( WHO , 2008). Desafíos para los sistemas de salud antes del Covid-19 Hasta antes de la irrupción de la pandemia del Covid-19, los desafíos que se habían identificado para los sistemas de salud en el tránsito hacia la cobertura universal de salud se concentraban en tres áreas: disponibilidad de recursos; ele- vada participación en el total del financiamiento de la salud del mecanismo de pagos directos en el momento de requerirse atención de salud (pago de bolsillo), y uso ineficiente e inequitativo de los recursos ( WHO , 2010). En efecto, en su in- forme de 2010 sobre el financiamiento de los sistemas de salud para la cobertura de salud universal, la OMS plantea que el camino elegido por los países que se encuentran más próximos de dicha meta descansa en la distribución de riesgos en la población y la adopción de modelos de prepago y que, en consecuencia, cuando las políticas permiten que la población tenga acceso a estos mecanis- mos, la meta de cobertura universal de salud se hace más realista ( WHO , 2010). Sobre la base de revisar la experiencia de los países, la propia OMS plan- tea tres lecciones que deberían ser consideradas al formular las políticas recién mencionadas: i) en todos los países existe una proporción de la población que es demasiado pobre para contribuir al financiamiento del sistema de salud, sea esto a través de impuestos o primas de seguros (ej. contribuciones a la segu- ridad social en salud) y que, por lo mismo, esta población requerirá ser subsi- diada a través de servicios de salud financiados por el Estado directamente o a través de subvenciones en las primas de su seguro; ii) las contribuciones deben ser obligatorias, pues de otro modo las personas ricas y las personas sanas emi- grarán del sistema y los recursos financieros disponibles no serán suficientes para cubrir las necesidades de los pobres y los enfermos, y iii) los fondos man- comunados que protegen las necesidades sanitarias de una pequeña cantidad de personas no son viables a largo plazo, pues son vulnerables al impacto de unos pocos episodios de enfermedades de alto costo y segregan a la población, quedando las personas más ricas en fondos que entregan mejores beneficios y sin disposición a subvencionar a la población más pobre ( WHO , 2010).
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