Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro
272 Reinventarse no es seguir haciendo lo mismo y continuar trabajando, por ejemplo, de 9 AM a 5 PM hasta los 95 años. Necesitamos de un enfoque to- talmente diferente, una perspectiva nueva, que reconoce que el crecimiento en la tercera edad toma dos a tres décadas y que no es un cambio puntual abrupto. Debiera incluir mayor flexibilidad en el lugar de trabajo, no menos. Debiera incluir, de acuerdo a las posibilidades realistas de cada sociedad, tiempos libres, horas part time y más tiempos sabáticos, de manera que personas de todas las edades puedan estar fuera un periodo,“recargar sus baterías”y volver con ener- gías renovadas y con nuevas destrezas. Los sabáticos pudiesen ser una parte esencial para todos en su experiencia de vida. La creencia de que los mayores son una carga y que les quitan oportuni- dades a los jóvenes es errónea. Más aún, debiera considerarse que cuando los mayores continúan trabajando más tiempo de la edad esperada de retiro están aportando a crear riqueza, pagando impuestos, aumentando la productividad económica y, por lo tanto, ayudando a crear vacantes para los nuevos trabaja- dores jóvenes. Prepararnos para una nueva y prolongada tercera edad Las personas de todas las edades debieran pensar que tendrán su propio tiem- po de adulto mayor. Heredamos una tendencia aprendida de“negar”ese tiem- po futuro y ver a los mayores como una categoría sin rostro que no se relaciona conmigo ni con mi experiencia. Esa reticencia a enfrentar la edad es un ejemplo del mecanismo de defensa primitivo que Freud llamo“negación”, el que distor- siona la realidad e impide asumir y resolver desafíos. Las personas necesitan reconocer su realidad y planear su prolongada longevidad. La calidad de vida de la persona, la convivencia familiar y la salud del adulto mayor serán mucho mejores al asumir que vivir 80 o 90 años productivos y con buena salud depen- de principalmente de cómo los motivamos, valoramos y de las oportunidades que la sociedad les ofrece para actualizarse y capacitarse, para mantenerse acti- vos y vivir integrados y valorados su tercera edad. Cuando las personas envejecen pueden perder independencia por en- fermedad, lesiones o condiciones crónicas. Pero a pesar de su pérdida de ca- pacidad física, la persona puede mantener autonomía en lo que respecta a sus decisiones. Una persona que perdió la capacidad de vestirse por sí misma pue- de tomar decisiones sobre cómo quiere vestirse. Mantener las relaciones y la capacidad de comunicarse socialmente es tan importante como la capacidad física. La persona que mantiene su autonomía tiene el derecho de tomar deci- siones relacionadas con su salud, cuidado y la forma en que vive cada día. Es así como resulta imperativo concentrarse en los derechos y no sola- mente en las necesidades de los mayores. Es algo lógico y un deber ético. No se trata de olvidar que tienen requerimientos, está claro que sí los tienen y que
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