Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro

271 global está bajo presión y la incapacidad de adaptarse a la nueva realidad de la longevidad arriesga una convulsión social, una fractura que podría dividir generaciones y producir grandes conflictos de interés. El uso del lenguaje, por ejemplo, es un componente central en el dis- curso de los derechos de las personas. Hay muchas expresiones que perpe- tuán la noción de que la gente de más edad pertenece a un grupo de personas distintas o inferiores. Esto ocurre muchas veces de forma sutil o pasiva. Tér- minos que minusvaloran, tales como“la edad dorada”o“los últimos años de vida”, parecen inofensivos, pero clasifican a los mayores como“otros”. El len- guaje puede excluir, ser cruel e indiferente. Un estudio de la Universidad de Yale muestra que se difunde un impacto negativo que daña la autoestima de las personas mayores, afectando su memoria y también su longevidad (Levy et al., 2002). Todos debemos estar alertas al daño que pueden hacer estas expresiones. Los gobiernos locales y las organizaciones comunitarias abordan la ter- cera edad en gran medida con un enfoque asistencial: protección, reposo y re- clusión. Pero, de hecho, una gran parte de los mayores no son inválidos y al aislarlos en condición de dependencia se los daña, promoviendo su deterioro general. Más que cuidadores tradicionales, es urgente crear diversas opciones para la población mayor. Las instituciones educacionales tienen que crear op- ciones creativas y flexibles, que mantengan motivada y activa a la gran mayoría de la población de mayor. En los tiempos que vivimos es muy necesario que los mayores se man- tengan como usuarios frecuentes de la tecnología de la información. Por ejem- plo en Chile ya constatamos una creciente demanda de los mayores por un rango de servicios educacionales, como clases nocturnas, intereses especiales de aprendizaje y certificación de graduación en cursos. La Universidad de la Ter- cera Edad y otros proveedores tendrán un incremento de la demanda por parte de la población mayor con intereses específicos. Profundos cambios en campos del desarrollo tan relevantes, como la ocupación laboral y los diversos voluntariados siguiendo algunas de las direc- trices planteadas por este nuevo enfoque, constituyen grandes oportunidades que no solo pueden impactar positivamente en el bienestar de los adultos ma- yores, sino que también en el desarrollo económico de las sociedades. Una po- blación mayor heterogénea y una fuerza laboral que cambia necesitan opciones amplias e imaginativas. La edad de retirarse (jubilar) seguirá redefiniéndose y puede llegar a ser un proceso gradual o incluso descartarse como opción. Actualmente, el reti- ro formal de la fuerza de trabajo a los 65-70 años puede simplemente ofrecer oportunidades de actividades más selectivas y nuevas especialidades profesio- nales. El concepto histórico de retiro, la opción de recogerse a lo privado o a la reclusión, ya empezó a perder relevancia, deseabilidad y significado.

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