Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro

262 Solo en el caso de Bolivia y Ciudad de México los textos se refieren a “las familias”, apelando a una diversidad que en esta última Constitución es explícita con el siguiente texto:“Todas las estructuras, manifestaciones y formas de comunidad familiar son reconocidas en igualdad de derechos, protegidas integralmente por la ley y apoyadas en sus tareas de cuidado” (Ciudad de Mé- xico, 2017, p. 25). Junto con ello, dicha Constitución declara explícitamente la “igualdad de derechos a las familias formadas por parejas de personas LGBTTTI , con o sin hijas e hijos, que estén bajo la figura de matrimonio civil, concubinato o alguna otra unión civil” (Constitución Política de la Ciudad de México, 2017, p. 51). En esta Constitución y en la de Buenos Aires, si bien se reconocen roles y se establece la protección integral de las familias, no se declara como unidad básica de la sociedad. Aunque pueda resultar contraintuitivo, la familia sin duda requiere ser revisitada en tanto núcleo básico de una organización social propuesto cons- titucionalmente. La familia es una entidad que remarca y viabiliza la división de los espacios público y privado y de trabajo entre los géneros, espacio que es vinculado con la esfera reproductiva y es un punto de análisis importante para esta discusión. No se trata solo de ampliar la rigidez de su lectura, im- porta por supuesto visibilizar la diversidad de su conformación y superar los planteamientos heteronormativos, pero junto con ello es imperativo reconocer que la familia es una forma de organización que responde a un modelo de sociedad profundamente patriarcal, funcional a formas de producción capi- talista. La preocupación por el cuidado de la vida, los valores de solidaridad, de protección a otres en la sociedad son un movilizador de la organización social que excede las limitadas fronteras de una familia nuclear. Por otra par- te, una realidad que tampoco puede desconocerse es que para un porcentaje importante de niñes, mujeres cis y mujeres trans la familia consanguínea es un espacio de riesgo que puede ser responsable incluso de su muerte. Desde la perspectiva interseccional, la alusión a la familia como unívoca categoría de organización y protección social invisibiliza también la existencia de determi- naciones, pues homogeneiza e invisibiliza la existencia de realidades que con frecuencia pueden atentar contra la realización del conjunto de derechos que constituyen la ciudadanía. La familia se establece como punto de partida para el reconocimiento de las personas en la sociedad, la necesidad de que como adultas obtengan el estatus jurídico o reconocimiento de una convivencia que brinda la sociedad conyugal para constituir lo que se reconoce como núcleo básico de la socie- dad. Cabe preguntarse cómo la Constitución garantiza la ciudadanía, protec- ción y recursos sociales a quienes no quieren formar familia en esos términos, no desean ni unión conyugal ni maternidad. Hay una tríada constante y visi- ble en los textos constitucionales revisados —familia, matrimonio y materni- dad— que goza de especial protección, y cuya particular luminosidad omite

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