Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro

251 Pero el futuro también estará dominado por la encrucijada que plantean tanto las nuevas sustancias psicoactivas, como el uso indiscriminado de anal- gésicos (particularmente fentanilo) que, como fue mencionado, da cuenta de un inesperado número de muertes por sobredosis en el norte de nuestro he- misferio, pero que el resto de los países no está exento de enfrentar situaciones similares en el futuro. Reflexiones finales Las políticas públicas son intervenciones que, debiendo tener bases científi- cas, presentan resultados generalmente de largo plazo.Y este es el primer gran problema, ya que los tiempos que se requieren en esa dirección colisionan con los tiempos políticos, usualmente de corto plazo. Es mucho más visible y de- mostrativo de acciones concretas el enviar a la policía a una intervención en una población para hacer una incautación de drogas y armas, que avanzar en analizar las causas del fenómeno y actuar en base a esos hallazgos. Entonces se hace urgente y necesario pasar del discurso sobre“políticas públicas basadas en evidencia”a hacer realidad esa intención. La elaboración e implementación de políticas públicas no son cuestiones abstractas o inocuas, ya que en definitiva se trata de intervenciones que impactan en la vida de las personas y, por lo tanto, es nuestro deber hacer los mejores esfuerzos para reducir los riesgos asociados a dichas políticas. Es en este ámbito donde existe una gran necesidad que debe ser abor- dada desde la academia y, en particular, desde las instituciones de Salud Pú- blica de los países; estas necesidades se pueden canalizar por diferentes vías, desde foros, seminarios, etc. hasta programas de posgrado. Los conceptos de evidencia científica y enfoque de salud pública (estrechamente ligados por cier- to) deben traspasar la frontera de la gestión administrativa como también de la política, y deben convertirse en una matriz de pensamiento, conceptual y operativa, para el abordaje de fenómenos sociales como estos. Es urgente la ge- neración de ese puente tan necesario para que ambas dimensiones —la política y la ciencia— tengan un espacio de diálogo sincero y quienes están al man- do en el proceso de toma de decisiones comprendan que la mejor manera de disminuir la incertidumbre de sus acciones es mediante el uso de la evidencia científica. Siguiendo esta vía, podemos estar seguros de que tendremos mejores respuestas en favor de las personas. La política y la ciencia deben ser aliadas y trabajar juntas. Este es el gran desafío.

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