Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro
249 El órgano encargado de los estudios nacionales en el país (Substance Abuse & Mental Health Service Administration, Samhsa) publica interactivamente (Substance Abuse & Mental Health Data Archive, s. f.) las tendencias ante- riores como también de todos los estados, y se podrá apreciar que las ten- dencias son muy similares entre estados que han legalizado y los que no han legalizado. A partir de lo anterior se pueden deducir varios elementos de juicio. Pri- mero, hay que destacar que no hay cambios manifiestos a nivel de la población adolescente. Segundo, en aquellos espacios donde se detecta un incremento poslegalización es posible observar que en la mayoría de ellos dicho incremento se manifiesta con anterioridad al cambio legislativo. Tercero, también ha habido incrementos en el consumo de drogas, y marihuana en particular, en espacios territoriales donde se mantiene el modelo actual. La información sobre consumo de marihuana es solo una arista del pro- blema: la legalización o marco regulatorio de marihuana tiene también otras dimensiones que deben ser observadas y evaluadas. Por ejemplo, el potencial impacto en otras áreas de la salud, en la seguridad y el narcotráfico, en la go- bernanza, como también en una dimensión económica y en la justicia. Pero los impactos en estas dimensiones no solo nos deben preocupar en aquellos luga- res donde se ha producido el cambio, sino que también donde se mantiene el modelo actual. El dilema al que estamos sometidos no es la legalización versus la inexistencia de las drogas, sino que es un nuevo marco regulatorio versus el modelo actual, en el contexto de un mercado que existe, nos guste o no. ¿Cómo avanzar en estos temas? Hasta hace una década no se disponía de evidencia respecto de lo que pudiese ocurrir si se abandonaba el mode- lo actual de prohibición, y se avanzaba en otra dirección. Pero, tal como se mencionó anteriormente, no existe una única experiencia en los modelos de legalización; cada territorio ha tomado diferentes decisiones en las diversas dimensiones del problema, por lo que cada uno de ellos debe ser evaluado en su propia realidad, y por cierto es aún bastante prematuro sacar conclusiones categóricas. Pero parece justo, y en la dirección correcta, monitorear en cada espacio las diferentes aristas, pero no solo en esos territorios, sino que también se debe hacer exactamente lo mismo en aquellos lugares donde predomina la legislación actual. Para esto se requiere generar una instancia de diálogo racional e infor- mado, donde predomine la evidencia sobre los prejuicios, con miras a generar las mejores políticas públicas en esta materia. Y sobre esto, parece interesante re- cordar una cita de Domingo Comas (Comas, 2014):“El profesional debe saber que, en este momento histórico, disponemos de una noción clara de evidencia científica y, por lo tanto, debe asumir que dejarse orientar por la evidencia cien- tífica, especialmente cuando se trabaja con personas, supone una obligación ética insoslayable”.
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