Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro
23 de carbono en los países más pobres, desesperados por alivio de la deuda o asistencia financiera. Incluso si los países logran alejarse del carbón, el petróleo y el gas, exis- ten límites finitos para el consumo humano de los recursos materiales que la tierra puede proporcionar. El cambio climático y la pérdida de biodiversidad son solo los bordes más afilados de la apropiación masivamente desigual de la riqueza planetaria por parte de la humanidad. Aquí nos enfrentamos al impe- rativo de consumo/crecimiento del capitalismo, por más que podamos domar sus resultados desiguales al reimponer los sistemas de impuestos progresivos (a escala nacional y global) tan alegremente recortados bajo el neoliberalismo. Actualmente, ya consumimos anualmente más de 4 veces los recursos ecoló- gicos que el planeta puede reponer (Labonté & Ruckert, 2019). Sin embargo, hay suficiente riqueza material (y financiera) para que todos disfruten de buena salud y calidad de vida sin poner en peligro el planeta, si dicha riqueza se re- partiera equitativamente. Esto requiere un retiro de los supuestos de siglos de antigüedad sobre el crecimiento económico y el “desarrollo” como el camino hacia una mejor salud y adoptar, en cambio, el concepto indígena sudame- ricano del “buen vivir”, de vivir bien en armonía comunitaria. Hacerlo exige además una reducción radical en el consumo de la minoría más rica de la hu- manidad (seguirán viviendo bien) para crear el espacio de crecimiento y consu- mo que necesita la mayoría más pobre del mundo (Labonté, 2022): una forma de “economía de filtración” radicalmente diferente a la imaginada por la elite neoliberal. Aquí, el trabajo del consejo sobre la economía de la salud para todos de la Organización Mundial de la Salud ( OMS ) (programado para completarse en algún momento en 2023) proporciona importantes conocimientos teóricos, empíricos y pragmáticos sobre cómo remodelar las economías para la salud y el propósito humano. Avanzar en esa agenda exige formas más eficaces de gobernanza mun- dial. La pandemia no fue uno de los mejores momentos del multilateralismo. Desde el acaparamiento de vacunas hasta la especulación de la industria far- macéutica y la subordinación de la salud global de los países ricos a los dere- chos de propiedad intelectual del capitalismo financiero, la pandemia mostró cuán débil es en la práctica la retórica gubernamental de la solidaridad global. La intención principal de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ( ODS ) de 2015 y los Acuerdos Climáticos de París, a pesar de sus fallas, no se olvidan y conti- núan movilizando el activismo de la sociedad civil por el “mundo que quere- mos”(ahora, el“mundo que necesitamos”, y desesperadamente). Los intentos de llegar a un nuevo instrumento de preparación para una pandemia son pro- metedores para la“diplomacia de la salud global”que se analiza en este libro. Los diversos clubes de naciones (p. ej., OCDE , G7, G20, BRICS , ASEAN , Unasur ) necesariamente se enfrentan cada vez más a preocupaciones ambientales y de salud globales/regionales.
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