Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro

239 por la sociedad que permanecen prohibidos, existirán los incentivos para que prospere la actividad económica destinada a abastecerlos”. Y agrega más ade- lante: “Esta actividad económica, al estar asociada a una prohibición, automá- ticamente califica como ilegal y su práctica, de manera igualmente automática, como delito y en casi todas sus etapas como delito organizado”. Dado que la demanda de drogas ilegales ha ido en aumento, como tam- bién ha crecido la diversidad de drogas ilegales disponibles con la consecuencia inevitable de que el mercado ilícito también ha crecido en la mayoría de los países, entonces las dos afirmaciones del informe de la OEA se encuentran hoy más vigentes que nunca, lo que nos obliga a una profunda reflexión para exa- minar lo que está ocurriendo con el mercado de las drogas ilícitas, y cuáles han sido las respuestas de los países a estas nuevas realidades. Respecto de este mercado, el mismo informe de la OEA explica: “Tales mercados no están sujetos a regulaciones o normas impuestas socialmente ni están abiertos a procesos regulares de competencia. En consecuencia, las nor- mas y procesos regulatorios que rigen la producción y el tráfico son los que imponen los propios delincuentes; y la única competencia que puede existir para que el negocio prospere y se expanda es la violencia”. De allí que los efectos negativos asociados al mercado ilícito de drogas pueden ser muy variados, como, por ejemplo, darle vida y fortalecer el crimen organizado transnacional, generar y aumentar la violencia a nivel barrial con un importante costo en vidas humanas incluyendo aquellas que se pierden tanto en el contexto de la“guerra contra las drogas”como aquellas que ocurren entre bandas que pelean por territorios, y las víctimas inocentes producto de estos fenómenos. A lo anterior debemos agregar la corrupción, respecto de la cual el informe de la OEA señala que la“evidencia indica que el problema de las drogas ilegales, y fundamentalmente el de su producción y tránsito, ha sido acompa- ñado por la corrupción de funcionarios públicos en distintos niveles”y además agrega que si“en algo existe consenso en materia de economía ilegal de drogas es que esta y el crimen organizado no pueden existir sin corrupción”. Tan relevante como lo anterior son los costos que los Estados deben enfrentar en el control de la producción y comercialización de drogas ilegales, además de que en muchos países ese gasto va en detrimento de inversiones en otras necesidades, como salud, educación etc. Estos montos tienen que ver, entre otros, con aquellos destinados a las actividades policiales, al sistema de justicia y al sistema penitenciario. Por ejemplo, la Comisión Global de Política de Drogas en una publicación reciente (Comisión Global de Política de Drogas, s. f.) expone lo siguiente:“La política de fiscalización de drogas tiene un costo anual de 100.000 millones de dólares, que se concentran en la aplicación de la ley y la militarización de la respuesta al narcotráfico. El mercado ilegal tiene un valor estimado en 500.000 millones de dólares y está controlado por la delincuencia organizada transnacional, al margen de cualquier fiscalización financiera”.

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