Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro
169 entre sí sinérgicamente y comparten determinantes sociales como la pobreza y entornos alimentarios poco saludables en contextos de sistemas alimentarios poco sostenibles. Esta es una tríada que impide el desarrollo de los países, co- munidades e individuos y que agrava otras situaciones de salud global como la pandemia por Covid-19. El concepto de sindemia global pone de manifiesto que uno de los desafíos más importante al que se enfrentan los seres humanos, el medio ambiente y nuestro planeta es el abordaje integral e integrado de este problema por parte de los Estados, reconociendo que deben realizarse todos los esfuerzos necesarios para superar los factores comunes subyacentes, inclu- yendo el transporte, el diseño urbano, el uso del suelo, el modelo económico y la producción extractivista, entre otros. Por ejemplo, los sistemas alimentarios no solo impulsan las pandemias de obesidad y desnutrición, sino que también generan entre el 25% y 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero (Horton, 2020; Martorell et al., 2020; Swinburn et al., 2019). La conclusión de esta sección es que sin considerar a los determinantes de las ENT no será posible combatirlas efectivamente, y la solución no es simple. Estrategias de intervención Para lograr intervenciones exitosas para el control de las enfermedades cróni- cas no transmisibles relacionadas con la dieta, es necesario implementar un enfoque y políticas públicas que incorporen estrategias individuales a través del ciclo vital, pero más importante aún es considerar una perspectiva global de sistema alimentario y de determinantes sociales, incorporando medidas es- tructurales que permitan el acceso y disponibilidad a una dieta saludable y al ejercicio físico y normativas que velen por una producción y comercialización sostenible (Fuster et al., 2020; Hawkes et al., 2015; Sisnowski et al., 2017). Partiendo desde la primera infancia, las medidas que fomenten y pro- muevan la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, complementada después de esa edad con la introducción de sólidos de forma de favorecer los hábitos saludables. Entre las medidas más recomendadas y efectivas, la OMS indica que debe regularse el marketing de fórmulas lácteas y alimentos para lactantes y debe legislarse el descanso posnatal pagado, así también la capa- citación continua de los equipos de salud (Banos et al., 2019; Demirtas, 2012; Navarro-Rosenblatt & Garmendia, 2018; Rollins et al., 2016). Cuando se inicia la etapa preescolar y escolar es necesario involucrar, además de los equipos de salud, a educadores/as y a la comunidad del jardín infantil y escuela, ya que está descrito el rol fundamental de estos modelos en las preferencias alimentarias de niñas, niños y adolescentes ( NNA ) (Findholt et al., 2011; Leng et al., 2017). Cuando los NNA comienzan a tomar decisiones es cuando empiezan a estar influenciados por los entornos alimentarios a los que están expuestos, ya sea en el hogar, en sus instituciones educacionales y en sus barrios, por lo que
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