Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro
168 y la obesidad. Por último, el tabaquismo y la contaminación del aire también se asocian con un mayor riesgo de incidentes de ENT (Peters et al., 2019). ¿Qué hay detrás de todos estos factores de riesgo? Diversos estudios han demostrado que los determinantes sociales de la salud condicionan fuertemen- te la presencia de factores de riesgo, factores causales y de las ENT . La pobreza, el bajo nivel educacional, la rápida urbanización, la infraestructura inadecuada y el subdesarrollo constituyen elementos comunes a los países, las comunida- des y las personas que sufren ENT . Las situaciones de desastre, como la pande- mia por Covid-19 afectan aún más a estas poblaciones vulnerables y con altas cifras de ENT (Ngaruiya et al., 2022). Un determinante social intermedio, es decir que refleja en la práctica cómo influye la posición social en el nivel de salud, de alta relevancia para los factores de riesgo descritos es el entorno alimentario. La noción de entorno alimentario ha ganado valor en la literatura que estudia la conducta alimen- taria al constituir un factor fundamental de la facilitación, la obstaculización, la elección y el consumo de alimentos. Los entornos se definen como aquellos ambientes que los individuos y colectivos utilizan para producir, comprar, al- macenar, preparar, comer y desechar alimentos. Los entornos alimentarios es- tán influenciados además por las políticas macroeconómicas y los acuerdos de intercambio comercial entre países. La alimentación actualmente es un proceso globalizado. La conducta de un individuo solo puede orientarse a realizar elec- ciones alimentarias saludables si cuenta con un entorno con disponibilidad y acceso a alimentos de alta calidad. El modelo planteado por Gálvez y colabora- dores en Chile plantea que las personas circulamos básicamente en 5 espacios alimentarios, ambiente doméstico, ambiente vía pública, ambiente institucional y organizacional, ambiente de restauración y ambiente de abastecimiento, los que están atravesados por dimensiones culturales y sociales y están relaciona- dos entre sí a través de rutinas derivadas del estilo de vida de los individuos y colectivos que viven en un territorio geográfico común (Espinoza et al., 2017). El entorno alimentario entonces se constituye en el espacio donde los/ las consumidores/as interactúan con el sistema alimentario para tomar sus de- cisiones alimentarias; por ende, la calidad de estos espacios influye fuertemente en el estado nutricional de la población. Por ejemplo, los alimentos ultraproce- sados, que suelen ser hipercalóricos, altos en azúcares, sodio y grasas saturadas o trans, y con bajo contenido de vitaminas, minerales y fibra, comúnmente es- tán más disponibles y tienen un precio menor que el de los alimentos saluda- bles, debido probablemente a los avances tecnológicos y a la liberalización del mercado y la publicidad ( HLPE , 2017; Monteiro et al., 2013; Popkin et al., 2012). Por lo tanto, la conducta alimentaria y la situación nutricional de la po- blación no son independientes de los sistemas alimentarios. El concepto de “sindemia global” reúne las 3 epidemias ya descritas de obesidad, desnutri- ción y cambio climático. Estas se presentan simultáneamente, interaccionan
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