Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro
154 Salud sexual El reconocimiento de los derechos sexuales es inherente a la salud sexual, lo que implica que las personas tienen derecho a la libertad sexual, la privaci- dad, la equidad, el placer y a elegir libre y responsablemente ( WHO , 2002). Los derechos sexuales incluyen el derecho de todas las personas, libres de coacción, discriminación y violencia al más alto nivel posible de salud sexual, incluido el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, buscar, recibir e impartir información relacionada con la sexualidad; educación sexual, entre otros ( WHO , 2017). Los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan garantizar como prioridad el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar, la información y la educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y programas nacionales; además, buscan eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y niñas en los ámbitos público y privado. Si bien existen estudios que muestran la emergencia de algunos tipos de enfermedades transmisibles en poblaciones migrantes, se sabe que la contribu- ción de los migrantes al aumento de la incidencia de enfermedades endémicas está relacionada con las condiciones de vida y de trabajo en las que las personas llegan a los países y a las debilidades de los sistemas para incluir estas pobla- ciones (Monge-Maillo et al., 2009;Valerio et al., 2009). Se ha visto, por ejemplo, que el bajo acceso a servicios preventivos, exámenes y vacunación, u otros fac- tores determinantes como el tipo de trabajo, la precariedad social y económica y el desarraigo cultural y emocional pueden ser factores de riesgo para el VIH y otras infecciones de transmisión sexual ( ITS ) (Folch et al., 2009; Leyva-Flores et al., 2013; Caro-Murillo et al., 2010;“Cortez et al., s. f.). En las políticas de salud han predominado las soluciones enfocadas al tratamiento de enfermedades, sin incorporar adecuadamente intervenciones sobre las causas detrás de las causas, como acciones en el entorno social. Estu- dios realizados en países con antecedentes de procesos migratorios muestran que existe una distribución desigual en la prevalencia de la violencia de género según el país de origen, afectando en mayor medida a las mujeres migrantes; además, el patrón de fecundidad es superior al de las mujeres nativas (Luque Fernández & Bueno-Cavanillas, 2009; Vives-Cases et al., 2009). Los servicios de salud de fácil acceso, tanto preventivos como curativos, permiten atender las necesidades de salud de los migrantes antes de que se enfer- men gravemente, lo que reduce los costos generales para los sistemas de salud en los países receptores. Esto se hace patente en el caso de los movimientos a través de las fronteras internacionales, donde los retrasos en la búsqueda de atención o tratamiento para enfermedades infecciosas como el VIH se asocian con múltiples factores, incluido el miedo a vincularse con los servicios públicos para personas sin estatus legal definido (Foad et al., s. f.).Algunos grupos de migrantes —incluyendo
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