Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro

115 al., 2018; Eyring et al., 2021).Absolutamente todas las actividades que desarrolla la sociedad dependen de la naturaleza; toda realidad en el Universo está“inter- conectada y autoorganizada”(Vila et al. 2006, p. 13), cuyo significado está lleno de complejidades —de acuerdo con Castree et al. (2009)—, el que no hemos sabido comprender para dar un uso sostenible. Todos los sistemas modificados donde se realiza agricultura, ganadería o pesca, también constituyen o forman parte de la biodiversidad (Sarukhán et al., 2009). No solo estamos terminando con la vida de varias especies, sino que además estamos haciendo inhabitables muchas zonas de nuestro planeta, ya que se usan pesticidas para proteger de plagas a los cultivos, agroquímicos para incorporar al suelo aquellos nutrientes que se han perdido producto del uso intensivo del suelo, pero con esto se reduce la diversidad de especies necesarias para los equilibrios biológicos y productivos. El uso de fertilizantes por la industria agrícola se ha incrementado a tal punto que en 2007 los países subdesarrollados utilizaban 160 millones de tone- ladas versus 40 millones de toneladas en los países desarrollados (Marquet et al., 2018). El impacto sobre lagos, ríos y zonas costeras reportado a nivel global con datos entre 2008 y 2010 muestra elevados niveles de coliformes fecales (concen- tración grave que excede los umbrales) en prácticamente toda la zona costera de América Latina y el Caribe ( PNUMA 2016, citado por Ramsar 2018). La introduc- ción de ganadería, las plantaciones forestales y el reemplazo del bosque nativo han tenido efectos devastadores sobre la biodiversidad global, en especial para Latinoamérica (Vinicius et al., 2018; González-Andújar et al., 2018), así como sobre la disponibilidad de agua, de acuerdo a estudios realizados para Chile (Lara et al., 2009; Little et al., 2010; Alvarez-Garreton et al., 2019; Marquet et. Al, 2018). Consecuentemente, la integridad ecológica de ríos y humedales está siendo alterada, todo lo que ocurra en sus entornos tiene efectos sobre estos. Las alteraciones en estos sistemas tienen causas y patrones sinérgicos, y la in- vestigación científica a nivel global ha demostrado los riesgos para nuestra sub- sistencia (Ramsar 2018). Los ecosistemas acuáticos toleran algunas condiciones de estrés, con ciertos umbrales de tolerancia, al sobrepasarlos dejan de ser resi- lientes, cambia su configuración en términos de estructura y función, y pueden convertirse en un problema social y sanitario. Apelando al marco teórico del metabolismo social (Fischer-Kowalski 1998; Toledo 2013), es posible argumentar que en la medida en que la socie- dad aumenta sus necesidades, dispone de estos sistemas para satisfacerlas, sin detenerse en su complejidad. El proceso metabólico, social y global es un símil a los procesos a nivel de células y organismos vivos; sin embargo, pare- ciera ser que la sociedad en su conjunto produce, descarta y consume ansio- samente más allá de los propios límites posibles y mucho más de los límites que la biósfera puede soportar. Así el metabolismo social, con sus diversos niveles, va dejando su huella, tomando lo que requiere (un primer nivel de

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