Saludo Global. El escenario actual y perspectivas a futuro
111 un informe especial para los ecosistemas de humedales y el bienestar humano ( EM 2005). En estos informes ya se anunciaba la pérdida de ecosistemas por la expansión urbana, los cambios en el uso del suelo, la eutrofización, la conta- minación, la sobreexplotación de especies silvestres y domesticadas para uso industrial y consumo humano, la introducción de especies exóticas invasoras, así como el incremento en la extracción del agua. A 15 años de la evidencia expresada por la EM (2005), cada una de las áreas de intervención se ha incrementado y la degradación y pérdida de bio- diversidad aumentan. El 75% de la superficie terrestre global ha sido trans- formada y el 85% de los humedales se ha perdido. A pesar de estas cifras que presagian un mal futuro, tenemos la oportunidad de revertir la situación actual. Cambio climático, los límites de la biósfera y el riesgo La magnitud de los cambios en el planeta en los últimos 100 años ha estado marcada por el cambio climático, con aumento de la temperatura, definiéndose una nueva era, el Antropoceno, que corresponde “ al intervalo temporal en el que muchos procesos geológicos están profundamente alterados por las activi- dades humanas”(Moreno et al., 2018, p. 16). Existe consenso entre los científi- cos en que los cambios ambientales que ha vivido el planeta el último siglo no tienen precedentes. Los umbrales para sostener la vida, tal como la conocemos actualmente, están fuera de control (Rockström et al. 2009). En 2018 se encendieron las alertas a nivel global, gatilladas por la comunicación del Panel de Expertos de Cambio Climático: la temperatura del planeta no puede aumentar 1,5 °C ( IPCC 2018a). Los efectos del calentamiento global se venían reportando desde hace décadas por el IPCC , las evidencias eran irrefutables, como el aumento de mareas, pérdi- da acelerada de hielo en los polos, aceleramiento del derretimiento de glaciares, cambios de eventos hidrometeorológicos, etc. Sin embargo, no se había logrado relevar con tanta fuerza sino hasta 2018, la vinculación directa de la pérdida de biodiversidad con el cambio climático. La gravedad de los hechos se expresa no solo por la pérdida de ecosistemas y especies, sino que también por el ries- go para la humanidad y sus espacios habitados. El cambio de uso del suelo es la mayor amenaza para la biodiversidad y este cambio ha sido provocado por la agricultura, principalmente. Su expansión incide sobre ecosistemas nativos, terrestres, de aguas continentales y costeras (Foley et al., 2005; Newbold 2018). Existe consenso entre científicos que la interacción de “los impulsores de cambio”, directos e indirectos, influye sobre la naturaleza y la forma en la cual incidimos en esta. Los“impulsores directos”de cambio sobre la naturaleza que afectan a todos los tipos de ecosistemas corresponden al cambio climático, la contaminación y la deforestación, así como las especies exóticas invasoras. A su vez, los indirectos corresponden a las causas subyacentes del cambio del
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