Salud Global. Los riesgos para Chile y América Latina

SALUD GLOBAL – LOS RIESGOS PARA CHILE Y AMERICA LATINA 131 componente intercultural que posibilite el acercamiento a los usuarios de estos grupos sociales, pues en última instancia, el objetivo de la atención sanitaria, es la satisfacción de los usuarios/as y los inmigrantes son parte de ellos. Particularmente las prestaciones en materia de salud sexual y reproductiva, donde las mujeres contienen en su corporalidad, su historia, su habitus; particularidades históricas y discursivas que pueden aportar al diseño de una política inclusiva y con pertinencia cultural. Entendemos la interculturalidad como la búsqueda de puntos de encuentro entre las diversas miradas culturales existentes en un mismo territorio, donde además estas interactúan y se relacionan. La generación de espacios de coordinación y cooperación que posibiliten la interacción y el trabajo conjunto, contribuyendo finalmente a la integración de comunidades, a una mejoría en el trato, pero sobre todo, a una acción coordinada entre sistemas de sanación, que redundaría en una mejor salud para la población. Otro de los elementos insoslayables del proceso de desarrollo de la interculturalidad, que se hace necesario generar en el sistema de salud es el tránsito de la acción instrumental a la acción comunicativa. Esta discusión es desarrollada por Habermas (Habermas, 1992) y pretende dar cuenta de los procesos de dominación a los que se encuentran sometidas las sociedades modernas. Desde esta perspectiva, las sociedades modernas se encuentran orientadas por dinámicas comunicacionales que conviven dialécticamente, identificando dos grandes plexos de racionalidad. Por un lado la racionalidad sistémica, cuya dinámica comunicativa se caracteriza por la existencia de asimetrías entre los interlocutores y, por tanto, la existencia de la verticalidad de las relaciones. Por otro lado, se encuentra la racionalidad comunicativa, espacio racional que posibilita relaciones horizontales, simétricas entre los interlocutores. Son estos últimos espacios los que deben ser creados a la hora de discutir sobre la acción de salud en un territorio. Se requiere, entonces, crear espacios donde se suspendan las relaciones de poder

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