Historia de la parasitología chilena
221 Revista Parasitología Latinoamericana - Historia de la Parasitología Chilena Capítulo 7 Parasitología, salió a nuestro encuentro para comentarnos que el profesor HernánSagua había ganado un proyecto y que se necesitaban colaboradores. Por su intermedio programamos un encuentro con el Profesor Sagua, quién nos comentó que había ganado un proyecto de la Organización Mundial de la Salud para estudiar la epidemiología de la enfermedad de Chagas en el altiplano de la segunda región. Él nos invitó a trabajar junto a su equipo. La oferta inicial, era sólo eso, una posibilidad de trabajar en su proyecto de investigación y posiblemente recibir alguna asignación de colación y nada más. Junto con Jorge Araya, aceptamos esa posibilidad, absolutamente “ad honorem” y un 1 de abril de 1980, fuimos presentados al resto del equipo como “Ayudantes ad honorem”. Era el comienzo de un viaje sin regreso. El trabajo que se presentaba por delante parecía atractivo y desafiante en lo académico, profesional y desde el punto de vista del crecimiento personal. Se realizarían trabajos de terreno en el altiplano chileno utilizando técnicas, en ese momento avanzadas, pero que no estaban implementadas en ese laboratorio. Éste, a rigor, era un pequeño espacio de no más de 15 metros cuadrados, que inicialmente, sólo tenía una balanza y un antiguomicroscopio Leitz. Sin embargo, era una situación excitante desde el punto de vista académico y a la vez un salto cuantitativo de ese grupo de parasitólogos. Lo anterior, significaba pasar de los estudios coproparasitológicos a los estudios inmunoserológicos. Para nosotros, esto implicaba posibilidades de desarrollo profesional, aunque sin ninguna promesa de contratación ni de recompensa económica, pero esto último no importaba, ya que el iniciar una ansiada senda en la academia, era sin duda la recompensamás significativa. Muy luego se dio la posibilidad de realizar el primer trabajo de terreno en San Pedro deAtacama. Viajamos un domingo, junto con los profesores Sagua y Fuentes en bus de la empresa “Tramaca” a la ciudad de Calama. Una vez allí, cenamos y pernoctamos en casa del hoy mi amigo, abogado y compañero de ideales, en ese entonces Prefecto de Carabineros de Calama, el coronel y abogado Alfonso Leppes Navarrete. Al día siguiente, viajamos a San Pedro en una Ambulancia del Hospital de Calama, junto al Dr. Lucas Burchard, quien pertenecía al Servicio de Salud de esa ciudad. Un viaje que debería haber durado a lo sumo un par de horas tomó prácticamente todo el día, ya que probablemente debido a la impericia del conductor, nos extraviamos varias veces, transitamos por agrestes caminos y llegamos a destino al atardecer, cansados y cubiertos de polvo, aunque con el ánimo intacto. Fue la primera expedicióndemuchas, donde tuve contactopor primera vez connuestra zona de endemia chagásica, las personas infectadas chagásicas, las viviendas rurales y las vinchucas (vectores de la enfermedad de Chagas). Hicimos encuestas epidemiológicas, capturamos vectores y obtuvimos muestras de sangre para estudios serológicos. Fue un viaje iniciático, que permitió enfrentarse a la realidad de una infección parasitaria endémica desatendida, a la pobreza y al desamparo. Lo anterior, motivó la necesidad de recibir entrenamiento para implementar la ejecución de técnicas serológicas en nuestro incipiente laboratorio. Por
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