Historia de la parasitología chilena

220 Revista Parasitología Latinoamericana - Historia de la Parasitología Chilena Capítulo 7 por Anisakis sp . en peces de consumo local. Este núcleo de profesores, que pertenecía al “Grupo de Microbiología y Parasitología”, del Departamento de Ciencias de las Salud, de la Universidad de Chile, Sede Antofagasta, estaba integrado por las Tecnólogos Médicos Magaly Raby, Julia Soto, Alejandro Fuentes y Hernán Sagua, quién lo lideraba. El profesor Sagua, luego de compartir las actividades docentes con el Dr. Monlezún, se había hecho cargo de las asignaturas de Parasitología tras la partida de éste, y haciendo uso de un programa de formación para profesores de la futura Escuela de Medicina de la Sede Antofagasta de la Universidad de Chile, había realizado una beca de especialización en la Universidad de Chile, bajo la mentoría del Dr. Hugo Schenone Fernández. En ella, se especializó en la enseñanza de la Parasitología Humana y se adentró en los caminos de la investigación en Parasitología, realizando sus primeras contribuciones científicas, las cuales se publicaron en el Boletín Chileno de Parasitología y en la Revista Médica de Chile. De esta manera, a su regreso a Antofagasta, replicó esa estrategia docente e inició la senda de la investigación científica en el norte de Chile, publicando la modificación del test de Graham, la descripción de los primeros casos de difilobotriasis, un brote epidémico de isosporosis, o la descripción de casos de loxoscelismo cutáneo y cutáneo-visceral, ente otras relevantes contribuciones. En suma, este era un pequeño pero activo núcleo de docentes e investigadores, que destacaba sobre el resto y que empleaba una estrategia docente efectiva a tal grado, que el modelo educativo y de enseñanza de la Parasitología se hamantenido en nuestras aulas demanera casi inalterada hasta el día de hoy. Lo anterior, salvo la introducción de nuevas tecnologías educativas en el caso de la docencia teórica, como el uso de data show y más recientemente la microscopía virtual, como contribución a la enseñanza de aspectos de laboratorio, además de la introducción de nuevas técnicas de laboratorio, como PCR, qPCR, western blot, las técnicas inmunocromatográficas y la citometría de flujo, todas de uso en la docencia práctica de las asignaturas que impartimos. De este modo, luego de cursar además la asignatura de Diagnóstico Parasitológicoy realizarmi internado, terminé lacarreradeTecnologíaMédica, con la convicción de quemi interés central era dedicarme a la investigación, posibilidad que en ese momento resultaba casi una utopía por no tener ni la visión ni la información que me permitiera tomar ese camino. Así, luego de mi examen de grado y de la respectiva celebración por el logro alcanzado, la cual duró algunos días, me vi titulado, pero desempleado, sabiendo que hacer, pero no sabiendo cómo hacerlo. Esto nos llevó junto con mi amigo, compañero de curso y de celebraciones, Jorge Araya, a deambular por los corredores de nuestra Alma Mater, esperando quizás que alguna suerte de milagro derrotara la desesperanza, el ocio y el desempleo. Además, no faltaban los profesores que nos decían que deberíamos irnos a otro país, porque aparentemente representábamos algún tipo de amenaza para ellos. Fue precisamente una soleada mañana de fines de marzo de 1980, en que súbitamente el profesor Alejandro Fuentes, nuestro ex profesor de

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