Libro blanco del audiovisual comunitario en Chile

34 Chiara Sáez y Jorge Avilés porcentaje de trabajadores remunerados alcanzó un 93% y 96% respectivamente (Sáez et al., 2023). Aun cuando es deseable que estos medios de comunicación estén abiertos al voluntariado con el objetivo de promover la participación de su comunidad, no es recomendable que esta sea la única vía de colaboración, dado que queda sujeta a la disponibilidad de tiempo, recursos, incentivos y dedicación de las y los voluntarios. Sostener a estas emisoras solamente bajo esta modalidad de trabajo dificulta su desarrollo y fortalecimiento en el tiempo, o por lo menos las hace vulnerables en la proyección de un trabajo permanente y sostenible. A pesar de las dificultades, la Asociación ha avanzado sobre esta problemática. En el año 2021, el promedio de antigüedad de los socios se aproximaba a los 10 años (Sáez et al., Ibid.), pero las emisoras más antiguas comenzaron a existir como experiencia de organización comunitaria hace aproximadamente dos décadas. Esta trayectoria les ha permitido: i) la construcción de un relato común que impulse la organización colectiva; ii) incentivar una participación activa de la comunidad de referencia en el proyecto comunicacional; iii) captar, acumular y transmitir conocimiento especializado sobre el quehacer de la televisión comunitaria, y iv) la construcción de alianzas estratégicas con agentes de diversos niveles de proximidad. La misma existencia de la organización gremial responde a este último punto. Actualmente, la Asociación de Canales Comunitarios de Chile está integrada por doce canales, aunque hasta el tercer trimestre de 2023 solo cuatro contaban con una

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