Libro blanco del audiovisual comunitario en Chile
264 Chiara Sáez y Jorge Avilés Para los integrantes de las Asociación es central garan- tizar criterios de independencia editorial por parte de la institucionalidad. La construcción de una política pública para el sector requerirá, por parte de las entidades del Estado, de una nueva perspectiva o formas de operación diferenciadas en los múltiples aspectos de interacción hacia estas emisoras, ya que su accionar interfiere en las determinaciones editoriales que establecen las comuni- dades de referencia y que son expresadas desde su medio de comunicación. “Nos queremos involucrar con el Gobierno, sí, pero ¿hasta qué punto? Para que la televisión comunitaria sea fomentada debe tener independencia cultural, lo que también incluye independencia financiera [...] Nosotros necesitamos libertad de decisión”. (Participante, mujer, canal comunitario de O’Higgins). El Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Comunitarias (paocc) del Mincap se ve como una op- ción posible, pero insuficiente tal como funciona hasta ahora. En el sentido que sigue sin ser un apoyo basal. “Este Ministerio no da garantías de sostenibilidad para todo lo que es desarrollo cultural en este país. Si bien, todavía están con los Fondart, no es una vía de subsistencia para los trabajadores de la cultura el hecho de depender de la adjudicación de este fondo. El hecho de que nos apoye mediante paocc fue porque le demostramos a esta entidad gubernamental que somos lo más parecido a los centros culturales de este país, sin embargo, también estamos funcionando como si fuese un Fondart, porque el financiamiento es anual y nosotros no tenemos garantías que después del 31 de diciembre tengamos continuidad. Siempre hay que estar
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