Libro blanco del audiovisual comunitario en Chile

172 Chiara Sáez y Jorge Avilés se cruzan con el aspecto ético, con la línea editorial de cada emisora comunitaria y el marco legal que las regula. Las televisoras comunitarias intervienen en la cons- trucción de sus contenidos con el propósito de entregar un punto de vista. Por lo tanto, los canales comunitarios no necesariamente se distinguen por mejores índices de veracidad en comparación a otras tipologías televisivas. El hecho de grabar un evento significativo para una colec- tividad, sea religioso, cultural, cívico o social, ya es una intervención que fomenta un sentido o interpretación. Se trata de un ejercicio donde emerge la subjetividad, ya sea de manera individual o colectiva. Todos los relatos son producidos, creados por perso- nas y constituyen una pequeña parte de una historia. Se editan o montan de manera que los espectadores sienten que están observando una historia y no un relato; en otras palabras, la obra elude el hecho de que es construida por personas bajo intereses o percepciones particulares. Por lo tanto, en todo relato hay una selección de los elementos que lo integran, sean imágenes, textos o filmes, pero también una selección de elementos que no deben estar. Cada aproximación estética conlleva una reflexión ética, en que la estética significa una propuesta de relación e interpretación entre obra y espectador. Lo que podríamos llamar ”el problema de la verdad” se soluciona incorporando más puntos de vista en la construcción de los relatos; es decir, ante la idea de que la verdad de los hechos se relaciona con la objetividad de los mismos, contraponer. Por eso, lo relevante es de qué forma se articula esta respuesta al interior de la comunidad con miras a estimular que existen diferentes aproximaciones

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