Libro blanco del audiovisual comunitario en Chile
167 Aprendizaje y formación ... elige una historia y la narra según sus propias experien- cias. Cuando muchos individuos de una comunidad lo hacen, ese proceso toma fuerza porque se hace colectivo: empezamos a investigar lo que somos como comunidad. Al compartir las historias, aquello que hacemos se va reforzando por el resto y tomamos conciencia de que somos parte de un colectivo: las historias de las y los demás conectan con las nuestras. En ese contexto, hay que recordar el derecho a la propia imagen; es decir, informar a los protagonistas de una pieza audiovisual cuando sean utilizadas sus imágenes, entendiendo que en la televisión comunitaria la construcción de significados y sentido es participativa: como grupo todos tomamos conciencia del rol que tenemos y el valor que tiene aquello que somos y hacemos. También de la importancia social y política de nuestra actividad conjunta. Se produce un reconocimiento y refuerzo del sentimiento comunitario. 3. La autoformación es un requisito para la transforma- ción. Los espacios de formación son importantes para que las instancias de autorrepresentación puedan desarrollarse en todo su potencial. Hay que contar con algunas pautas técnicas de lenguaje audiovisual. 4. Las producciones audiovisuales pueden servir como procesos participativos para dinamizar, fortalecer y transformar a las comunidades y colectivos en los procesos de identificación de aquellos temas que los afectan e interpelan.
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