Libro blanco del audiovisual comunitario en Chile
16 Chiara Sáez y Jorge Avilés dicales”, “populares”, “ciudadanos”, “comunitarios” o del “tercer sector”, entre otras-, que expresan el “carácter situado” de la generación del conocimiento (Sáez, 2008; Sáez y Barranquero, 2021). Su análisis conjunto permite observar, pese a los matices, que se trata de toda aquella comunicación orientada a la transformación, tanto por sus contenidos —todos aquellos a los que los discursos hegemónicos perciben como amenazas al statu quo—, como por sus estructuras organizativas y repertorios de acción —participativos, horizontales, democráticos, transparentes—, procurando así una coherencia entre su discurso y su praxis. Dicho de otro modo, la característica clave de la comunicación alternativa es su propósito de transformación del orden social hegemónico, entendiendo por ello un cuestionamiento del orden social que estos medios promueven y legitiman con cada una de sus opciones de contenidos, de temas, de actores y sectores visibilizados. De modo específico el concepto de comunicación comunitaria ha sido históricamente la etiqueta que ha denominado muchas de las experiencias de comunica- ción alternativa en el contexto latinoamericano, si bien cuenta con suficiente investigación y teorización en el ámbito internacional, donde países tan diversos como Australia, Sudáfrica, Reino Unido o Canadá, que la tienen plenamente integrada en sus respectivos sistemas mediáticos. En otros países cercanos como Argentina, Colombia, Uruguay o Brasil, las políticas de comunicación han ido generando una institucionalidad para el sector, que ya cuenta con una larga historia extra-institucional.
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