¿Crisis del sistema internacional? Reflexiones sobre el multilateralismo
Andrés Bórquez • Fernanda Reyes Sánchez 248 iban más allá de sus marcos nacionales, por lo que requerirían de cooperar entre ellos para brindar soluciones, traspasando las fron- teras de los acuerdos bilaterales para satisfacer intereses comunes respecto a actividades, más bien, prácticas —como comunicaciones o comercio— o fines a largo plazo, más abstractos y complicados, como el mantenimiento de la paz (Diez, 2006). Esta necesidad se ve traducida en la creación —en un principio rudimentaria— de organizaciones internacionales, entidades que tomarán roles más específicos y facilitarán la adopción de tratados multilaterales. Diez de Velasco afirma que la presencia de estas ha favorecido «la humanización, socialización, organización y demo- cratización» de la vida internacional (Diez, 2006). Estas servirían de foros para nuevos valores, como el respeto a los derechos humanos, favoreciendo la incorporación de nuevos actores en la escena interna- cional y la creación de una densa red de relaciones, que han influido en las formas de elaboración de normas internacionales (Diez, 2006). Por ejemplo, la ONU, hasta ahora la organización internacional más reconocida, ha jugado un rol primordial en el establecimiento de marcos de negociación que hagan posible la ejecución de lógicas de diálogo, así como también ha sido imprescindible en el proceso de formación de la interdependencia compleja. No hay duda de que el multilateralismo es un fenómeno comple- jo, englobando a muchos actores a los que busca satisfacer, tarea que se torna delicada en vista de que los involucrados priorizan ciertas acciones y valores de maneras diferentes; no son homogéneos. Se puede suponer, en este contexto, que no se manifiesta de manera estática, y que cuenta con múltiples facetas como, por ejemplo, las transformaciones en las estructuras de poder, las modificaciones entre la relación global y/o regional y la relevancia que adquieren ciertos actores y procesos en las políticas domésticas (Costa, 2013). Costa y otros autores plantean que el multilateralismo es un tipo de cooperación solidarista de carácter supranacionalista y cosmopolita que se contradice sustancialmente, encontrándose en un periodo de crisis (Costa, 2013). Otros autores bautizan el pro- blema de maneras diferentes: un «multilateralismo disminuido», un
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