¿Crisis del sistema internacional? Reflexiones sobre el multilateralismo

El multilateralismo desde la perspectiva de una economía pequeña... 153 Cristiano, señalaba en aquel encuentro que «el proyecto integrador hay que encararlo, no con la óptica romántica de una utopía ahora realizable, sino como un objetivo que contemple las necesidades, las vivencias y las aspiraciones de los pueblos americanos» (Rodríguez Larreta, 1986, p. 27). Por otra parte, José Manuel Quijano, periodista y fundador de Marcha , describía estos desafíos en diferentes puntos, entre los cuales estaba el «reto de la adecuación tecnológica». A este reto, Quijano (citado en Rodríguez Larreta, 1986) también lo señalaba como histórico, pero se agudizaba por el avance producido en los países centrales: «si el país no se sube a este carro en movi- miento, el rezago que ya tenemos posiblemente sea mucho mayor en 15 o 20 años» (p. 28). Por aquellos meses en que este grupo de especialistas debatían los desafíos que se abrían en la región, concretamente en febrero de 1988, ya se empezaba a hablar de un posible mercado común subregional, en una reunión entre los presidentes Raúl Alfonsín y José Sarney, a la que también había sido invitado Julio María Sanguinetti, entonces presidentes de Argentina, Brasil y Uruguay, respectivamente; precisamente, esta reunión se terminó concretan- do en Colonia, Uruguay. Según reportaba el periodista Carlos Ares (1988) para El País de España, los tres presidentes «coincidieron en el análisis de la situación política de sus países y de los problemas de la región y del mundo». Fue en esa reunión que se comienza a hablar formalmente de integrar a Uruguay a «un futuro mercado común argentino-brasileño». Vale esta aclaración para entender que el Mercosur, como tal, es un proyecto que inicialmente fue pensado desde una lógica argentino-brasileña. Los vientos integracionistas que llegaban de Europa no son un dato menor. Europa avanzaba en su integración regional y mostraba, al resto del mundo, que era posible integrarse regionalmente, más allá de la diversidad económica y política de cada país. Pasadas varias décadas del Tratado de París de 1951, que plantó las bases de la integración europea, en febrero de 1986, los doce países miembros —que en ese entonces formaban parte de la Comunidad Europea— firmaban el Acta Única Europea (AUE) que daba paso para avanzar

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