El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

100 Cristian Bellei, Mariana Contreras, Nicole Bustos, Loreto De La Fuente, Rocío Díaz, Juan Pablo Valenzuela, Xavier Vanni liceo comparten el mismo director y el mismo modelo educativo, de manera que los estudiantes son formados desde párvulos en sintonía con lo que se espera de ellos en la media, lo que es reforzado porque los primeros cursos de media están articulados con los últimos de básica y los profesores de ambos niveles trabajan juntos para facilitar la transición de los estudiantes de un nivel a otro. Otra forma de relación escuela - liceo está circunscrita a la captación de estudiantes para primero medio. En el Pablo Neruda los coordinadores de especialidad junto con la orientadora visitan escuelas básicas, se presentan en reuniones de apoderados con el objeto de dar a conocer la propuesta educativa del liceo, y al mismo tiempo invitan a estudiantes de básica a participar en visitas guiadas al liceo. En el Antonio Varas, aunque se trata de un liceo completo, y el People, la estrategia es similar: los encargados de ad- misión recorren la comuna para promocionar la oferta educativa del liceo. Por último, vimos que los liceos que no se vinculan mayormente con escuelas bási- cas tienden a ser aquellos que han sido académicamente selectivos durante la década, es decir, que no han tenido dificultades para llenar sus vacantes y atraen a estudiantes de alto desempeño. De cualquier modo, en general, observamos que fuera de los colegios completos, los vínculos escuela - liceo son acotados y tienen más bien este carácter estra- tégico de promoción de la oferta educativa. Escuelas y liceos aparecen como dos mundos apartados. Solo en el Liceo San Nicolás se desarrolla un trabajo en red entre las escuelas de la comuna y el liceo, donde este último ejerce de referente para todas las escuelas bá- sicas que gradualmente han ido adoptando el mismo modelo pedagógico y de gestión. Como se ve, es posible afirmar que los vínculos que los liceos establecen con el entorno han sido en general limitados en su alcance y complejidad, ya que han estado motivados fuertemente por el interés de hacer fluida las transiciones básica-media o postegreso de los estudiantes en un corto período de tiempo. Ciertamente, la colabo- ración con otros actores del entorno, como servicios públicos y organizaciones civiles, comunitarias o culturales, también existe (como mostraremos más abajo tanto en las dimensiones pedagógico-curriculares como de bienestar sicosocial de los alumnos), pero es restringida; en tanto para los liceos supone el despliegue de capacidades y tiempos de gestión que son escasos. 3. La relativa distancia de las políticas públicas Las políticas educacionales definen prioridades, generan condiciones y proveen re- cursos de diferente tipo para intentar llevar los procesos internos de los liceos hacia de- terminados propósitos. El énfasis en «mejorar el desempeño» de la educación ha sido una prioridad política general del período; en qué medida las políticas han apoyado también los procesos internos de los liceos para acompañarlos en esa mejora es otro asunto. En efecto, como se explicó, desde mediados de 2000, Chile ha carecido de políticas especí- ficas que aborden las particularidades de la enseñanza secundaria. Salvo excepciones, lo

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