El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

94 Cristian Bellei, Mariana Contreras, Nicole Bustos, Loreto De La Fuente, Rocío Díaz, Juan Pablo Valenzuela, Xavier Vanni mejoramiento que luego se despliegan en el tiempo. Antes que «cambio gradual conti- nuo», la mayoría de los liceos ha experimentado «saltos» en su desarrollo institucional. En nuestra muestra, quizás el mayor ejemplo de reestructuración está dado por los liceos que cambiaron la orientación de su proyecto educativo, pasando de ser liceos cien- tífico-humanistas y por tanto con una orientación pre-universitaria, a ser liceos técnico- profesionales enfocados en preparar directamente para el mundo del trabajo. Cuatro liceos experimentaron este proceso de reconversión durante la década de los 1990s y a inicios de los 2000s. En todos estos casos se trata de liceos que atendían principalmente a una población de bajo nivel socioeconómico y que experimentaron crisis de matrícu- la; para recuperar la demanda intentaron ser más atractivos abriendo especialidades de formación técnica, siguiendo una orientación de políticas impulsada por el Mineduc para liceos de sectores populares a inicios de los 90’. Introducir especialidades técnicas implica enormes cambios en la organización curricular, la gestión institucional y la in- fraestructura de los liceos; también conlleva cambios en el cuerpo docente, por cuanto se debe contratar profesores especialistas. La recuperación de matrícula resultó tan exitosa que tres de los cuatro liceos se convirtieron completamente en liceos TP, y sólo uno de ellos mantuvo el canal de formación general pasando a ser «polivalente». Para sobrevivir, estos liceos aumentaron su atractivo social modificando radicalmente el criterio para eva- luar su relevancia, ofreciendo una educación mejor conectada con la demanda social de sectores de bajos ingresos, en el marco de un sistema educacional socioeducativamente fuertemente segmentado. Otras formas de reestructuración institucional que observamos no alteran necesaria- mente el currículum ni la orientación del proyecto educativo, pero apuntan a modificar sustancialmente la composición de la población escolar. Por ejemplo, dos liceos de la zona central se integraron estructuralmente con escuelas básicas (uno se fusionó con una escuela preexistente, el otro es en verdad una escuela que se amplió hacia la secundaria), pasando a convertirse en establecimientos educacionales completos de preescolar, básica y media. Ser instituciones que ofrecen toda la trayectoria escolar facilita la captación de matrícula en la secundaria, dado que cuentan con una base de estudiantes propios; además, disminuye la incertidumbre sobre el tipo de estudiantes que se matriculará en la media y facilita la coordinación curricular, pedagógica y de normas de convivencia, as- pectos todos percibidos como facilitadores del trabajo escolar. Otro ejemplo de reestruc- turación orientada al cambio de composición de la matrícula lo constituyen dos liceos tradicionales de ciudades intermedias que históricamente fueron «liceos de hombres» y ante bajas de matrícula y resultados abrieron cupos para estudiantes mujeres, pasando a ser mixtos. En este caso, si bien los liceos mantuvieron su carácter de «emblemático» aca- démicamente orientado, incorporar mujeres significó un importante desafío en términos de la convivencia, la cultura y la identidad institucional. Por último, también identificamos reestructuraciones mayores impulsadas por cam- bios en la gestión institucional, que tuvieron repercusiones tanto inmediatas como de

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